flotilla de juncos, tankas, barcos de pesca y buques de todo género que obstruían los pasos de
Hong-Kong.
A la una, el "Rangoon" estaba en el muelle y los pasajeros desembarcaron.
En esta circunstancia debemos convenir en que el azar había singularmente favorecido a
Phileas Fogg. Sin la necesidad de reparar sus calderas el "Camatic" se hubiera marchado el 5
de noviembre, y los viajeros para el Japón hubieran tenido que aguardar durante ocho días la
salida del vapor siguiente. Es cierto que mister Fogg estaba veinticuatro horas atrasado, pero
este atraso no podía tener para él consecuencias sensibles.
En efecto, el vapor que hace la travesía del Pacífico desde Yokohama a San Francisco,
estaba en correspondencia directa con el de Hong-Kong y no podía salir antes de la llegada de
éste. Habría evidentemente veinticuatro horas de atraso en Yokohama, pero durante los
veintidós días que dura la travesía del Pacífico sería fácil recobrarlas. Phileas Fogg se hallaba,
pues, con veinticuatro horas de diferencia