Test Drive | Page 40

Y yendo hacia el elefante le ofreció algunos terrones de azúcar, diciendo: -¡Toma, Kiouni, toma, toma! El elefante exhaló algunos gruííidos de satisfacción, y luego tomó a Picaporte por la cintura y lo levantó hasta la altura de su cabeza. Picaporte, sin asustarse, hizo una caricia al animal que lo volvió a dejar suavemente en tierra, y al apretón de trompa del honrado Kiouni respondió un apretón de manos del honrado mozo. Algunos instantes después, Phileas Fogg, sir Francis Cromariy y Picaporte, instalados en un confortable vagón, ctiyo mejor asiento X