que tengo de ir a la corte; mírate en ello, y avísame de tu gusto, que yo procuraré honrarte en ella
andando en coche.
El cura, el barbero, el bachiller y aun el sacristán no pueden creer que eres gobernador, y dicen que
todo es embeleco, o cosas de encantamento, como son todas las de don Quijote tu amo; y dice
Sansón que ha de ir a buscarte y a sacarte el gobierno de la cabeza, y a don Quijote la locura de los
cascos; yo no hago sino reírme, y mirar mi sarta, y dar traza del vestido que tengo de hacer del tuyo
a nuestra hija.
Unas bellotas envié a mi señora la duquesa; yo quisiera que fueran de oro. Envíame tú algunas
sartas de perlas, si se usan en esa ínsula.
Las nuevas deste lugar son que la Berrueca casó a su hija con un pintor de mala mano, que llegó a
este pueblo a pintar lo que saliese; mandóle el Concejo pintar las armas de Su Majestad sobre las
puertas del Ayuntamiento, pidió dos ducados, diéronselos adelantados, trabajó ocho días, al cabo de
los cuales no pintó nada, y dijo que no acertaba a pintar tantas baratijas; volvió el dinero, y, con
todo eso, se casó a título de buen oficial; verdad es que ya ha dejado el pincel y tomado el azada, y va
al campo como gentilhombre. El hijo de Pedro de Lobo se ha ordenado de grados y corona, con
intención de hacerse clérigo; súpolo Minguilla, la nieta de Mingo Silvato, y hale puesto demanda de
que la tiene dada palabra de casamiento; malas lenguas quieren decir que ha estado encinta dél,
pero él lo niega a pies juntillas.
Hogaño no hay aceitunas, ni se halla una gota de vinagre en todo este pueblo. Por aquí pasó una
compañía de soldados; lleváronse de camino tres mozas deste pueblo; no te quiero decir quién son:
quizá volverán, y no faltará quien las tome por mujeres, con sus tachas buenas o malas.
Sanchica hace puntas de randas; gana cada día ocho maravedís horros, que los va echando en una
alcancía para ayuda a su ajuar; pero ahora que es hija de un gobernador, tú le darás la dote sin que
ella lo trabaje. La fuente de la plaza se secó; un rayo cayó en la picota, y allí me las den todas.
Espero respuesta désta y la resolución de mi ida a la corte; y, con esto, Dios te me guarde más años
que a mí o tantos, porque no querría dejarte sin mí en es