Anoche, andando de ronda, topé una muy hermosa doncella en traje de varón y un hermano suyo en
hábito de mujer; de la moza se enamoró mi maestresala, y la escogió en su imaginación para su
mujer, según él ha dicho, y yo escogí al mozo para mi yerno; hoy los dos pondremos en plática
nuestros pensamientos con el padre de entrambos, que es un tal Diego de la Llana, hidalgo y
cristiano viejo cuanto se quiere.
Yo visito las plazas, como vuestra merced me lo aconseja, y ayer hallé una tendera que vendía
avellanas nuevas, y averigüéle que había mezclado con una hanega de avellanas nuevas otra de
viejas, vanas y podridas; apliquélas todas para los niños de la doctrina, que las sabrían bien
distinguir, y sentenciéla que p