–Señor don Quijote, si es que acaso vuestra merced es don Quijote, yo no soy fantasma, ni visión, ni
alma de purgatorio, como vuestra merced debe de haber pensado, sino doña Rodríguez, la dueña de
honor de mi señora la duquesa, que, con una necesidad de aquellas que vuestra merced suele
remediar, a vuestra merced vengo.
–Dígame, señora doña Rodríguez –dijo don Quijote–: ¿por ventura viene vuestra merced a hacer
alguna tercería? Porque le hago saber que no soy de provecho para nadie, merced a la sin par belleza
de mi señora Dulcinea del Toboso. Digo, en fin, señora doña Rodríguez, que, como vuestra merced
salve y deje a una parte todo recado amoroso, puede volver a encender su vela, y vuelva, y
departiremos de todo lo que más mandare y más en gusto le viniere, salvando, como digo, todo
incitativo melindre.
–¿Yo recado de nadie, señor mío? –respondió la dueña–. Mal me conoce vuestra merced; sí, que
aún no estoy en edad tan prolongada que me acoja a semejantes niñerías, pues, Dios loado, mi alma
me tengo en las carnes, y todos mis dientes y muelas en la boca, amén de unos pocos que me han
usurpado unos catarros, que en esta tierra de Aragón son tan ordinarios. Pero espéreme vuestra
merced un poco; saldré a encender mi vela, y volveré en un instante a contar mis cuitas, como a
remediador de todas las del mundo.
Y, sin esperar respuesta, se salió del aposento, donde quedó don Quijote sosegado y pensativo
esperándola; pero luego le sobrevinieron mil pensamientos acerca de aquella nueva aventura, y
parecíale ser mal hecho y peor pensado ponerse en peligro de romper a su señora la fee prometida, y
decíase a sí mismo:
–¿Quién sabe si el diablo, que es sutil y mañoso, querrá engañarme agora con una dueña, lo que no
ha podido con emperatrices, reinas, duquesas, marquesas ni condesas? Que yo he oído decir muchas
veces y a muchos discretos que, si él puede, antes os la dará roma que aguileña. Y ¿quién sabe si esta
soledad, esta ocasión y este silencio despertará mis deseos que duermen, y harán que al cabo de mis
años venga a caer donde nunca he tropezado? Y, en casos semejantes, mejor W2