CAPÍTULO 7: APLICACIONES DEL LÁSER EN BIOMEDICINA
Otra de las técnicas es la tomografía de coherencia óptica (OCT), un
proceso de diagnóstico basado en interferometría que permite obtener imágenes de tejidos de poco espesor (típicamente milímetros) con muy buena resolución.
Pero sin duda, uno de los campos en los que el láser ha significado una
auténtica revolución es en la microscopía de alta resolución. El mayor atractivo
de los láseres desde el punto de vista de la biomedicina es su capacidad para
concentrar su energía en una superficie extremadamente pequeña. Gracias a
la coherencia de la luz láser, el tamaño del punto de focalización que se forma
al pasar el haz por una lente convergente está limitado tan sólo por la difracción
del propio haz. Dicho límite depende del tamaño transversal del haz respecto
a la distancia focal de la lente y de la longitud de onda del láser, de manera
que cuanto más cortas son la distancia focal y la longitud de onda, más pequeño es el punto de focalización. Ésta es justamente la idea en que se basa la
técnica llamada microscopía confocal de barrido láser, que permite obtener
imágenes tridimensionales de tejidos biológicos con alta resolución.
Por otro lado, la incorporación de los láseres de pulsos ultracortos al terreno de la microscopía tiene su justificación en la capacidad de los pulsos de
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O
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L A
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a)
b)
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S
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c)
Figura 7.10. a) Esquema de dispositivos experimentales para microscopía óptica no lineal con pulsos
ultracortos. El láser de femtosegundos es enfocado en la muestra a través de un objetivo de microscopio de gran apertura numérica. Previamente, un sistema (Scan xy en el esquema) deflecta el haz
para realizar barridos en un plano de la muestra. La nueva longitud de onda generada por procesos
no lineales en la muestra, es capturada de forma colineal al haz de excitación, bien a través de la
muestra bien a través del propio objetivo de focalización. A la derecha tenemos dos imágenes tomadas mediante microscopía confocal. En primer lugar b), granos de polen, y en segundo lugar
c), tejido de la retina donde se distinguen los conos y bastones que forman parte de la misma. Cortesía del Prof. Juan Manuel Bueno, (Universidad de Murcia).
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