EL LÁSER, LA LUZ DE NUESTRO TIEMPO
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Figura 4.2. Esquema de niveles de un láser de helio-neón.
decenas de mW. Los láseres de He-Ne tienen una vida media que puede alcanzar decenas de miles de horas de funcionamiento.
El medio activo es una mezcla de helio (85%) y neón (15%) en una burbuja
o tubo de vidrio. La presión es baja, de unos pocos Torr. La excitación se produce
por medio de una descarga entre un cátodo y un ánodo. En la mezcla de
gases, el helio actúa únicamente para conseguir el bombeo, transfiriendo energía por colisiones al neón, siendo entre dos niveles de este último entre los que
se genera la inversión de población y la transición láser. El tamaño varía entre
unos pocos centímetros y un par de metros, en función de la potencia de salida
del láser.
Los láseres de helio-neón se han utilizado en interferometría, impresión
láser, lectores de códigos de barras, alineamiento, metrología, etc.
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4.1.2. Láseres de gas ionizado (Argón)
El láser de argón es el más usado entre los láseres de gases nobles ionizados, aunque también existen los de criptón y xenón. Tiene varias líneas de emisión en el visible y en el ultravioleta. Las más intensas son la de 488 nm (azul) y la
de 514,5 nm (verde). Es un láser que emite un onda continua y puede dar
mucha más potencia que uno de He-Ne, hasta decenas de vatios, aunque su
vida media es más corta, por debajo de 10.000 horas de uso.
El láser funciona con un gas noble que es ionizado mediante descargas
de alta tensión, perdiendo uno o varios electrones. La inversión de población se
produce entre estados excitados del ion y su estado fundamental. En el tubo se
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