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L A S O AI.1. ¿Son peligrosos los láseres? Hemos visto cómo las propiedades de la radiación láser permiten que ésta pueda ser enfocada de forma muy eficiente en pequeñas regiones. De esta forma, se consigue concentrar una gran cantidad de energía en áreas reducidas, permitiendo la utilización del láser para muchos tipos de aplicaciones. Debemos recordar también que el ojo es nuestra propia lente, y que enfoca y concentra la radiación exterior en una zona llamada retina, situada en su superficie interna. En esta zona, la luz incidente desencadena una serie de impulsos que traducen la información recogida del exterior y la envían hacia el cerebro a través del nervio óptico. Cuando un haz láser incide sobre nuestro ojo, pueden ocurrir varias cosas: – Que el haz sea absorbido en las capas anteriores del ojo tales como el cristalino y la córnea (ver Cap. 7). Una gran absorción de radiación en estas zonas puede dar lugar a la pérdida de transparencia del cristalino provocando las conocidas cataratas. También puede inflamar la córnea generando procesos de queratitis que a menudo resultan bastante dolorosos. El daño en estas zonas es importante porque son esenciales para poder seguir captando luz del