EL LÁSER, LA LUZ DE NUESTRO TIEMPO
que tarda una molécula en romperse tras absorber la cantidad suficiente de
energía (disociación molecular) es típicamente del orden de decenas o centenares de femtosegundos. Ser capaces de observar y manipular la dinámica de
las moléculas en tiempo real significa tener el control último sobre las reacciones
que conforman la materia de nuestro entorno, incluyendo los seres vivos. Pero
para ello es necesario disponer de instrumentos que sean tan rápidos como los
procesos que se pretenden medir y controlar. Como vimos en el Cap. 5, la técnica de mode-locking permite generar pulsos láser con una duración de unos
pocos femtosegundos, siendo por tanto la herramienta ideal para esta tarea.
La aplicación de los láseres de femtosegundos a la química ha dado lugar
a una nueva disciplina llamada femtoquímica, que ha supuesto una revolución
en la ciencia moderna.
En un experimento típico de femtoquímica se utilizan dos pulsos de femtosegundos en una configuración de bombeo y prueba, es decir, un primer
pulso induce el proceso que se pretende medir y un segundo pulso, convenientemente retrasado respecto al primero, realiza la medida. El retraso entre los dos
pulsos se puede controlar haciendo que recorran caminos distintos antes de incidir sobre la muestra. Teniendo en cuenta que la v