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PALABRAS CONVOCADAS
A ENREDAR LOS CUENTOS
Gianni Rodari (Italia, 1920-1980)
-Érase una vez una niña que se llamaba
Caperucita Amarilla.
-¡No, Roja!
-¡Ah!, sí, Caperucita Roja. Su mamá la llamó y le
dijo: “Escucha, Caperucita Verde…”.
-¡Que no, Roja!
-¡Ah!, sí, Roja. “Ve a casa de tía Diomira a llevarle
esta piel de patata”.
-No: “Ve a casa de la abuelita a llevarle este
pastel”.
-Bien. La niña se fue al bosque y se encontró una
jirafa.
-¡Qué lío! Se encontró al lobo, no una jirafa.
-Y el lobo le preguntó: “¿Cuántas son seis por
ocho?”.
-¡Qué va! El lobo le preguntó: “¿Adónde vas?”.
-Tienes razón. Y Caperucita Negra respondió…
-¡Era Caperucita Roja, Roja, Roja!
-Sí. Y respondió: “Voy al mercado a comprar
salsa de tomate”.
-¡Qué va!: “Voy a casa de la abuelita, que está
enferma, pero no recuerdo el camino”.
-Exacto. Y el caballo dijo…
-¿Qué caballo? Era un lobo
-Seguro. Y dijo: “Toma el tranvía número setenta
y cinco, baja en la plaza de la Catedral, tuerce a
la derecha, y encontrarás tres peldaños y una
moneda en el suelo; deja los tres peldaños,
recoge la moneda y cómprate un chicle”.
-Tú no sabes contar cuentos en absoluto, abuelo.
Los enredas todos. Pero no importa, ¿me
compras un chicle?
-Bueno, toma la moneda.
Y el abuelo siguió leyendo el periódico.