Test Drive | Page 113

-Soy tan malo que ni debería haber nacido. Le dije eso a mamá el otro día. Por primera vez, él tartamudeó. -No debías haber dicho eso. -Te dije que quería hablar contigo porque lo necesitaba mucho. Yo sé que es una desgracia que papá, a su edad, no pueda conseguir trabajo; sé que eso debe doler mucho. Mamá tiene que salir de madrugada a trabajar para ayudar a mantener la casa; trabaja en los telares del Molino Inglés. Ella usa una faja porque fue a levantar una caja pesada y se le hizo una hernia. Lalá es una muchacha que hasta estudió mucho, pero tuvo que emplearse como obrera en la Fábrica. . . Todo eso es malo. Pero no por ello papá tenía que pegarme así. En Navidad le dije que podía pegarme tanto como quisiera, pero esta vez fue demasiado. Me miraba a la cara, atónito. -¡Virgen mía de Fátima! ¿Cómo una criatura así puede entender y sufrir los problemas de la gente grande? ¡Nunca vi una cosa igual! Tragó un poco de saliva por la emoción. -Somos amigos, ¿no es cierto? ¿Vamos a conversar de hombre a hombre? Aunque a veces me da escalofríos hablar de ciertas cosas contigo. Pues bien, creo que no debieras haberle dicho esas palabrotas a tu hermana. Por otra parte, nunca deberías decir palabrotas, ¿no? -Pero soy muy chico; es mi manera de vengarme. -¿Sabes lo que significan? Hice que sí con la cabeza. -Entonces no puedes ni debes. Hicimos una pausa. - ¡Portugal -¿Eh? -¿No quieres que yo diga palabrotas? -No. -Bueno, si no me muero, no volveré a insultar más. -Muy bien. Pero ¿qué asunto es ése de morir? -Cuando lleguemos, dentro de un rato, te voy a contar. 113