Test Drive Mexico | Page 7

4. Background 4.1 Tradición histórica e intervencionismo estadounidense En 1823 la política exterior de Estados Unidos en América Latina estará definida por la Doctrina Monroe. Esta visión sitúa a América Latina como ámbito de influencia estadounidense, por lo que cualquier agresión exterior (potencias europeas: España y Francia) en el territorio, justifica una respuesta militar de Estados Unidos. A mediados del siglo XIX la política estadounidense queda definida por la Doctrina del Destino Manifiesto (1845) por la que Estados Unidos comienza a expandirse hacia América Latina con el objetivo de construir un imperio de de libertad. La lógica de esta expansión reside en la existencia de ideas liberales y constitucionales comunes entre los pueblos americanos previas a la colonización europea. Centroamérica se convierte en elemento esencial de esta lógica para la consolidación de Estados Unidos como potencia mundial dominante. La no aceptación de México de la independencia y reconocimiento de Texas como parte de Estados Unidos en 1845, llevaron al estallido de la guerra entre las dos potencias y a la posterior invasión de Estados Unidos de territorio mexicano en 1846. Las consecuencias directas del conflicto reflejadas en el Tratado de Paz de Guadalupe Hidalgo (1848) y La Mesilla (1853), fueron la pérdida de México de aproximadamente la mitad de su territorio, los correspondientes recursos naturales y rutas comerciales pertenecientes a Texas, California y Nuevo México que pasaron a formar parte del territorio estadounidense. Este hecho afectó posteriormente al posicionamiento de México en lo que concierne a cuestiones de política exterior y de intervenciones externas. México se conformó como un país que interpreta de forma restrictiva el principio de no intervención en los asuntos internos de otros estados. Durante el siglo XIX y hasta finales del siglo XX, las relaciones bilaterales entre MéxicoEEUU estuvieron limitadas por el principio de no-intervención en asuntos internos de otros 6