desarrollo personal individual. La cercanía y preocupación que tenían los unos por los otros no se perdía
durante los periodos de separación, pero tampoco volvían a estar juntos, hasta que todo no estuviera bien
para ellos.
Ahora les contaré una pequeña historia relacionada con mi hijo Índigo. Permítanle darles los
antecedentes: Mi esposo y su familia son chinos norteamericanos, y yo soy de ascendencia
alemana/finlandesa. La familia de mi esposo da gran importancia a la educación, y los muchachos crecen
con una fuerte necesidad de tener éxito Esto, a veces, vuelca en sus hijos en la forma de quién es mejor,
más inteligente y más rápido. Mi esposo y yo estamos de acuerdo en no participar en estas competencias,
pero no evita que suceda a nuestro alrededor. Para colmo de males, consideren que de los cinco nietos, mi
hijo es el único varón, lo que significa que es el heredero varón y con eso, creo que ya tienen un cuadro
bastante claro de las corrientes subterráneas.
Estaba con mis "suegros" el día de Navidad, y mi hijo, que casi tenía 4 años en ese tiempo, estaba
mostrando su Halcón Milenio (un juguete de la Guerra de las Galaxias para niños de 6 años) que había
recibido de nosotros esa mañana. Era el modelo gigante, que se abría y por dentro tenía toda clase de
pequeños compartimentos, parecidos pero no de igual forma. El no estaba interesado en esa parte del
juguete en ese momento. Solamente estaba interesado en fingir que volaba y disparaba los cohetes,
viviendo de sus fantasías. Uno de sus tíos le pidió jugar con él y comenzó a quitarle todas las pequeñas
puertas a todos los compartimentos. Se los extendió a mi hijo en una pila y le preguntó: ―¿Puedes ponerlos
de vuelta?‖
¡Era una trampa! Todas las puertas tenían el mismo color, y las diferencias en forma y tamaño eran
muy sutiles. Ah, y el tono de voz que usó, como si la mantequilla no se fuera a derretir en su boca. Este tío
tiene tres hijas y una gran montaña de agendas personales, por eso su acción no fue una sorpresa total,
pero... Amo completamente lo que sucedió a continuación.
Comencé a intervenir, y mi hijo dio la vuelta y me miró, la muerte en sus ojos, con un gesto en su cara
que nunca olvidaré. Me miró para ver lo que yo iba a hacer, y en el instante que le tomó leer mis
intenciones, que eran de una Mamá Leona – ―no dejaré que esto le pase a mi hijo” - él respondió con la
misma rapidez. Me dirigió una mirada que decía, ―Retrocede Mamá, yo me hago cargo de esto”, y sentí
cómo la energía se elevaba cuando tomó el mando de toda la habitación. Todos dejaron de hablar y dieron
la vuelta para mirarlo. Él, con calma, le dijo a su tío. "Yo no sé, nunca antes lo he hecho, déjame ver." ¡Y a
continuación se puso a colocar esas cosas en su lugar con rapidez y precisión!
Cuando terminó, la energía se volvió a elevar, y me miró como si fuera a preguntarme, "¿Estuvo
bien'?". Simplemente sonreí y dije: "Buen trabajo". Todos los que estaban allí captaron el doble significado,
incluyendo su tío, que desde entonces, nunca más volvió a hacer algo así a mi hijo o a cualquier otro niño,
en mi presencia.
Esa noche no se hicieron comentarios directos sobre la situación. Cada uno sabía que lo
procesaríamos individidualmente y privadamente, cada uno recibiendo su propia lección, todo porque este
pequeño resolvió aprender por sí mismo.
Los Índigo nacen maestros, ¡todos y cada uno! Tenemos que comprender que ellos esperan que
todos hagamos lo que ellos hacen naturalmente, y si no es así siguen presionando nuestros botones
hasta que lo hacemos bien, o sea, hasta que nos volvemos maestros de nuestras propias vidas. Así
que, cuando mi hijo hizo su parte, le enseñó a todos los que estaban allí una lección silenciosa, incluyendo
él mismo.
Para mí la lección fue: ―déjalo ir; a pesar de su edad, él es capaz. Permanece atenta y observa el
proceso”. El proceso, en este caso, fue muy interesante. Él midió la situación con rapidez y precisión,
y decidió su respuesta basándose en lo que deseaba vivenciar. Después de asegurarse que tenía
respaldo, escogió confrontar directamente a la persona, y en ese punto, inmediatamente llamó a
todas las energías que necesitaba para completar la tarea. Después, las dejó ir con la misma rapidez
y regresó a su propio quehacer.
He sido testigo de muchas situaciones similares, que el o los otros Índigo manejan de la misma forma.
Medirán la situación y luego escogerán la acción basados en lo que desean experimentar en el
momento. Los únicos ajustes en este patrón que he observado, se deben al tipo de respaldo que han
tenido. En un medioambiente seguro, ellos emplear ۈ\