Empieza bien el día: Inicia el día con mucha energía con un desayuno
sustancioso y con actividad física. Verás que un poco de ejercicio ligero o
una pequeña serie de estiramientos pueden hacer una gran diferencia en
tu estado de ánimo y tu concentración a lo largo del día. Pon a trabajar tu
cerebro con un poco de lectura sin relación al examen o con ejercicios
mentales como sopa de letras o crucigramas. Procura evitar el consumo
excesivo de café, ya que solo te pondrá más nervioso(a).
Relájate: El gran día ha llegado y es hora de poner en práctica todo lo
aprendido. Antes de empezar el examen, respira muy profundo y piensa
que, después de dedicarle tanto tiempo a tus estudios, estás preparado(a)
para lo que sea.