Encuentra
el
método para
cada
materia: No es lo mismo estudiar para un
examen de matemáticas que para uno de
historia o literatura, así que te conviene
encontrar la mejor manera para abordar
cada materia. En el caso de disciplinas
relacionadas a las matemáticas, lo más
recomendable es practicar haciendo
muchos ejercicios hasta que la forma de
reponerlos se vuelva algo natural para ti.
Si tienes que memorizar muchas fechas y nombres, el secreto se encuentra
en la repetición. También puedes utilizar claves mnemónicas (frases fáciles
de aprender que se utilizan para recordar conceptos más difíciles) para
memorizar grandes cantidades de información.
¿Solo o acompañado? A veces nos cuesta trabajo encontrar la disciplina y
el orden requeridos para repasar por cuenta propia, por lo que conviene
encontrar a alguien más para estudiar juntos. Esto nos ayuda a tener la
obligación y dedicación de estudiar, el único problema es que entre más
personas estén presentes es más fácil distraernos y sin darnos cuenta, ya
estamos hablando de chicos, películas y cualquier otra cosa sin relación al
examen. Si eres súper parlanchina y dispersa cuando estás en compañía de
alguien más, tal vez te convenga estudiar sola. Lo que importa en realidad
es encontrar lo que más funcione para ti.
Aprende a resumir y priorizar: Si tienes una
guía de estudio, utilízala para separar los
temas más importantes y enfócate primero
en los que más trabajo te cuesten.