secuencia se repitió de inmediato. Una semana después, al mostrarle la rata, Albert
estiró la mano, pero luego la retiró. El condicionamiento de la semana anterior fue
evidente. Las pruebas realizadas durante los siguientes días demostraron que
Albert reaccionaba emocionalmente ante la presencia de la rata. También se
observó que el miedo se generalizó a un conejo, un perro y un abrigo de pieles.
Cuando un mes más tarde se volvió a hacer una prueba con la rata, el niño mostró
una leve reacción emocional. Aunque este estudio se cita ampliamente para
demostrar cómo el condicionamiento puede producir reacciones emocionales, la
influencia del condicionamiento no suele ser tan poderosa (Harris, 1979). Como
vimos en la sección anterior, el condicionamiento clásico es un fenómeno complejo;
no es posible condicionar cualquier respuesta a cualquier estímulo. Las especies
han desarrollado mecanismos que las predisponen a ser condicionadas en algunas
formas, pero no en otras (Hollis, 1997). En los seres humanos el condicionamiento
ocurre cuando los individuos están conscientes de la relación entre el EC y el EI, y
la información de que el EI no ocurre después del EC suele producir extinción. Los
intentos por replicar los hallazgos de Watson y Rayner no han tenido un éxito
uniforme.
Por
ejemplo,
Valentine
(1930a)
no
encontró
evidencia
de
condicionamiento al utilizar objetos como estímulos condicionados en lugar de
animales.
Critica: Watson afirmaba que la conducta era una cuestión de reflejos
condicionados, es decir, de respuestas aprendidas. Considerando que los tres
únicos instintos innatos eran: el miedo, la ira y el amor. Aunque aquí el rol del alumno
consideró que no es el adecuado, porque únicamente es un receptor pasivo .