canto llano 286
3. Desarrollos posteriores Además de aprenderse y clasificar el repertorio gregoriano, los cantores francos contribuyeron con diversos géneros nuevos de canto llano: * secuencias, * tropos y dramas litúrgicos( véase DRAMA ECLESIÁSTICO). Por otra parte, muchos músicos locales compusieron servicios para el santo patrono de su iglesia, algunos en verso( generalmente en hexámetros).
Nuestra primera evidencia de polifonía litúrgica data del siglo IX y se encuentra en el tratado Musica enchiriadis( véase ORGANUM). El siglo IX fue también testigo de los inicios de un cuerpo de escritos teóricos sobre el canto, con escritores como Aureliano de Réôme( mediados del siglo IX) y Hucbaldo de Saint-Amand( c. 840-930), que buscaron reconciliar el canto contemporáneo con la teoría musical griega transmitida por Boecio( c. 480-c. 524).
En el siglo XI, apareció la forma de notación exacta de alturas melódicas y se puso de moda un nuevo tipo de canción rítmica rimada: el * conductus. De inmediato comenzó a desarrollarse un repertorio completamente nuevo de secuencias rítmicas rimadas. Del siglo XII en adelante, los oficios para los santos fueron comúnmente escritos en rima.
El repertorio gregoriano no fue inmune a los intentos de reforma: los cistercienses excluyeron las notas en el rango superior a la décima y suprimieron los melismas largos. Más adelante, el * Concilio de Trento( 1542-1563) se declaró en contra de los tropos y las secuencias. El gradual Tridentino producido finalmente en 1614-1615 por Felice Anerio y Soriano( conocido como la Editio medicaea), reflejó los ideales humanistas, esbozando incluso grupos de notas moderadamente largos sobre sílabas no acentuadas y adaptando la tonalidad de muchos cantos a las sensibilidades contemporáneas. En su mayor parte resultado del trabajo de Dom Pothier y los monjes de * Solesmes, los libros de canto con melodías restauradas a sus formas medievales antiguas fueron autorizadas por Pío X(* motu proprio del 22 de noviembre de 1903) y publicadas en 1905( el Kyriale), 1908( el Gradual) y 1912( el Antifonario).
4. Libros de canto y notación Los manuscritos de canto más antiguos contienen textos para ser entonados sin notación. Al momento de su aparición en el siglo IX, la notación indicaba la elevación y descenso de las melodías sin espeficación exacta de las alturas. No fue sino hasta el siglo XI que se completaron libros de canto escritos con la notación exacta de las alturas, algunos usando las líneas horizontales recomendadas por Guido d’ Arezzo, c. 1030( véase NOTA-
CIÓN, 1 y 2).
Algunas notaciones neumáticas antiguas, en particular la sofisticada notación de St. Gallen, cuentan con indicaciones para alargar y acentuar ciertas notas. No obstante, no se sabe si dichas indicaciones implicaban valores de nota estrictamente proporcionales( como el equivalente actual a las figuras de negra y corchea), pues su uso era relativamente poco sistemático y los escritos teóricos contemporáneos algo ambiguos al respecto.
Los cantos del Propio de la misa están contenidos en el * Gradual, y los del Oficio en el * Antifonal. El Cantatorium contiene sólo las secciones de cantos de la misa entonados por solistas, mientras que el Tropario contiene * tropos, a menudo * secuencias, en ocasiones dramas litúrgicos y material del Cantatorium. El Tonario era un libro con funciones didácticas que contenía antífonas clasificadas de acuerdo con su modo. A partir del siglo XII era común incluir cantos en los libros de plegarias y lecciones. Estos libros combinados son el Misal( para la Misa) y el Breviario( para el Oficio). Muchos de ellos omiten la notación musical.
Es poco probable que el coro usara los libros de canto durante el servicio. La notación de la mayoría de los libros más antiguos es demasiado pequeña incluso para ser leída por una sola persona en el servicio; simplemente eran libros de referencia. A partir del siglo XIII los manuscritos comenzaron a adoptar una forma lo suficientemente grande para ser leídos por más de un cantor; no obstante, hasta antes del siglo XV muchos cantores eran iletrados en música.
5. Estilo Puesto que el repertorio de canto llano tuvo una evolución oral, no es de sorprender que dependa fuertemente de fórmulas melódicas desplegadas en estructuras simples que podían ser perfectamente memorizadas. El repertorio romano antiguo depende de las fórmulas mucho más que el gregoriano y su sistema modal es más primitivo. Otro factor importante que afectaba el estilo del canto era el número de cantores participantes: los salmos del Oficio entonados por toda la comunidad monástica usaban fórmulas melódicas muy simples, mientras que los cantos entonados por solistas o por un coro entrenado eran mucho más ornamentadas.
El uso de fórmulas se constata más claramente en las piezas salmódicas. Los salmos corales del Oficio son entonados en una sola nota( el tenor), abordada gene-