Teoría Diccionario Oxford De La Música A - K | Page 227

Bruckner, Anton 232
dos puestos fueron mucho más satisfactorios: en Kronstorf( 1843-1845) y en St Florian( 1845-1855). Bruckner intentó mejorar su posición de maestro presentando más exámenes, pero el llamado de la música era irresistible. Durante sus 10 años en St Florian aprovechó la oportunidad de tocar en el espléndido órgano Chrismann de la abadía y estudiar numerosos manuscritos y volúmenes impresos en la gran biblioteca. Llegó a ser un muy buen organista, al nivel de reconocidos virtuosos del órgano de la época.
El desarrollo de Bruckner como compositor que al principio fue lento durante los años de su estancia en Windhaag y Kronstorf, y en los que produjo casi exclusivamente piezas sacras cortas entre las que se encuentran dos misas, comenzó a tomar aliento en Saint Florian; sus primeras obras de gran escala – el Réquiem en re menor( 1849) y la Missa Solemnis en sib menor( 1854)– pertenecen a estos“ años de aprendizaje”. Aunque éstas son claramente derivativas, ya se entreven los rasgos del Bruckner maduro. A finales de 1855, el puesto de organista de la catedral de Linz quedó vacante; Bruckner fue la elección unánime. Este fue el primer parteaguas en su vida: la profesión como maestro de escuela quedó atrás y ahora podía dedicarse a la música.
2. Linz Además de estar involucrado plenamente en la vida musical de Linz, como músico de iglesia y como director ocasional de la sociedad coral Frohsinn, Bruckner progresó significativamente como compositor. Escribió poco al principio durante los extraordinarios estudios de armonía y contrapunto que a lo largo de seis años sostuvo con el gran teórico vienés Simon Sechter – una mezcla de“ aprendizaje a distancia” y extendidas visitas a Viena –, tan grande era su deseo de adquirir una base firme y mejorar sus capacidad técnica. Pero en Viena, en 1861, impresionó de tal manera a sus examinadores con su capacidad de improvisar, que cumplió los requisitos para obtener el reconocimiento como profesor de armonía y contrapunto. Continuó su prolongada y rigurosa educación musical autoimpuesta, tomando clases de forma y orquestación con Otto Kitzler( 1834-1915) y analizando partituras de obras modernas( Berlioz, Schumann, Wagner) con Ignaz Dorn en Linz.
El Kitzler Studienbuch es fundamentalmente una bitácora de progreso que contiene varios ejemplos de los intentos de Bruckner por dominar las diferentes formas y que culmina con el Cuarteto de cuerdas en do menor( 1862), las Tres piezas orquestales( 1862), la
Obertura en sol menor( 1862), la Sinfonía en fa menor( Studiensymphonie, 1863) y una puesta en música del Salmo 112( 1863) para coro y orquesta. Era como si las ataduras de la restricción académica hubieran desaparecido. En los últimos cuatro o cinco años en Linz, hubo una gran efusión musical, incluyendo tres excelentes misas, en re menor( 1864), en mi menor( 1866) y en fa menor( 1868) – la magnífica culminación de la misa vienesa clásica y un testamento a la gran fe de Bruckner – y la Sinfonía no. 1 en do menor( 1865-1866) y una importante cantidad de obras corales seculares y sacras así como algunas pequeñas piezas de música de cámara e instrumentales. La sinfonía estaba inspirada por su audición del estreno de Tristan und Isolde( Munich, 1865), al que Wagner lo invitó.
Junto con el aumento de su producción como compositor vino un descontento con su situación en Linz, donde Bruckner se sentía cada vez más restringido por la falta de oportunidades. La recuperación de una catastrófica crisis nerviosa en 1867 sin duda contribuyó a que se concentrara seriamente en su futuro: era claro que Viena era el lugar en el que tenía que estar si quería desarrollarse como compositor y si quería obtener cualquier tipo de reconocimiento, ya no internacional sino nacional. Después de algunos intentos infructuosos por lograr un lugar en la capital austriaca, fue impulsado por Johann Herbeck, uno de sus examinadores de 1861 y ahora director musical de la corte, para postularse como maestro de armonía y composición en el conservatorio, como sucesor de Sechter. Tuvo éxito y Herbeck demostró un tacto y una paciencia admirables al tratar con la respuesta vacilante de Bruckner, dándole confianza respecto a las ventajas del traslado y, quizá igual de importante, consiguiéndole un puesto no remunerado pero prestigioso como organista supernumerario en la Hofkapelle. Bruckner se mudó a Viena en el verano de 1868.
3. Viena Después de este segundo parteaguas, Bruckner emprendió la etapa final de su vida profesional. Sus actividades fueron de tres tipos. Como organista, tocó en los servicios de la Hofkapelle y con el tiempo fue“ ascendido” a un puesto remunerado, aunque nunca logró los puestos de más jerarquía como asistente o director principal de música. También tuvo la oportunidad de dirigir ejecuciones de su propia música eclesiástica y durante un tiempo fue responsable del entrenamiento de los niños coristas. Durante un breve lapso consideró