Control de potencia
Funciones y constitución de los arrancadores
La protección
La conmutación
Todos los receptores pueden sufrir accidentes:
De origen eléctrico:
– sobretensión, caída de tensión, desequilibrio o ausencia de
fases que provocan un aumento de la corriente absorbida,
– cortocircuitos cuya intensidad puede superar el poder de
corte del contactor.
De origen mecánico:
– calado del rotor, sobrecarga momentánea o prolongada
que provocan un aumento de la corriente que absorbe el
motor, haciendo que los bobinados se calienten
peligrosamente.
Con el fin de que dichos accidentes no dañen los
componentes ni perturben la red de alimentación, todos los
arrancadores deben incluir obligatoriamente:
q protección contra los cortocircuitos, para detectar y
cortar lo antes posible las corrientes anómalas superiores
a 10 In,
q protección contra las sobrecargas, para detectar los
aumentos de corriente hasta 10 In y cortar el arranque antes
de que el recalentamiento del motor y de los conductores
dañe los aislantes.
Si es necesario, se pueden añadir protecciones
complementarias como el control de fallos de aislamiento, de
inversión de fases, de temperatura de los bobinados, etc.
La protección corresponde a:
q aparatos específicos: seccionadores portafusibles,
disyuntores, relés de protección y relés de medida,
q funciones específicas integradas en los aparatos de
funciones múltiples.
La conmutación consiste en establecer, cortar y, en el caso
de la variación de velocidad, ajustar el valor de la corriente
absorbida por un motor.
Según las necesidades, esta función puede realizarse con
aparatos,
q electromecánicos: contactores, contactores disyuntores y
disyuntores motores,
q electrónicos: relés y contactores estáticos, arrancadores
ralentizadores progresivos, variadores y reguladores de
velocidad.
Arrancadores con contactores LC1-D y relés térmicos LR2-D
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