Adquisición de datos
Detectores de proximidad inductivos
Detectores de proximidad
inductivos
Composición y funcionamiento
Un detector de proximidad inductivo detecta la presencia de
cualquier objeto de material conductor sin necesidad de
contacto físico. Consta de un oscilador, cuyos bobinados
forman la cara sensible, y de una etapa de salida. El
oscilador crea un campo electromagnético alterno delante de
la cara sensible. La frecuencia del campo varía entre 100 y
600 kHz según el modelo. Cuando un objeto conductor
penetra en este campo, soporta corrientes inducidas
circulares que se desarrollan a su alrededor (efecto piel).
Estas corrientes constituyen una sobrecarga para el sistema
oscilador y provocan una reducción de la amplitud de las
oscilaciones a medida que se acerca el objeto, hasta
bloquearlas por completo.
La detección del objeto es efectiva cuando la reducción de la
amplitud de las oscilaciones es suficiente para provocar el
cambio de estado de la salida del detector.
Estos aparatos se utilizan principalmente en
aplicaciones industriales. Detectan cualquier objeto
metálico sin necesidad de contacto: control de
presencia o de ausencia, detección de paso, de
atasco, de posicionamiento, de codificación y de
contaje.
Los detectores de proximidad inductivos aportan
numerosas ventajas:
– compatibilidad con los automatismos electrónicos
gracias a la posibilidad de cadencias elevadas,
– durabilidad independiente del número de ciclos de
maniobra (ninguna pieza móvil y, por tanto, sin
desgaste mecánico, contactos de salida estáticos),
– adaptación a ambientes húmedos, corrosivos y con
atascos,
– detección de objetos frágiles, recién pintados, etc.
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Parte de control
Parte operativa
Oscilador
Tratamiento
Etapa de salida
Composición de un detector de proximidad inductivo
Pantalla de acero
Amplitud de las oscilaciones
Señal previa al tratamiento
Accionamiento
Salida posterior al tratamiento