Tango y Cultura Popular ® N° 165 | Page 71

músicos profesionales. Lograr esa sencillez y esa aceptación no es fácil. George Martin, llamado “el quinto Beatle”, decía que la música te tiene que bailar, lo que no significa que sea bailable, sino que mueva algo en nuestro interior, que nos transporte. No es que no entienda ciertas “broncas” de quienes intentan renovar el género. Formar un repertorio de no más de veinte temas archiconocidos, siempre los mismos, sin ir incorporando nuevos, también es una forma de combatir al tango desde adentro, cuando se dice defenderlo. Contribuye a lo mismo no intentar modificar los formatos de difusión, de programación. Y la actitud de algunos DJ que no se atreven a proponer algo distinto, por miedo a “perder la clientela”. Ahora, esto de calificar al tango de muerto o perimido y tratar de convertirlo en cualquier cosa me lleva a sugerir que, para ser coherentes, en lugar de agregar calificativos como “de ruptura” o “alternativo”, encuadren sus creaciones en un nuevo género: el No_Tango. (*) El tangómetro La declaración de Patrimonio de la Humanidad, la proliferación de festivales, la apertura de nuevas milongas, el hecho de que muchos músicos jóvenes se inclinen por este género, nos están señalando un auge del tango. Pero, como toda manifestación de la cultura popular, este auge contiene muchas impurezas y se produce en lucha permanente contra concepciones que tienden a limitarlo o a vaciarlo de contenido. La cuestión pasa por el grado de comprensión que tenemos de lo que significa cultura popular. No es un tema fácil de entender, por lo que muchos se refugian en concepciones dogmáticas. Yo creo que es una tarea de todos los días aprender, con la mente abierta, de qué se trata. Y es un aprendizaje que no termina nunca. Voy a tratar de enumerar los elementos que, en mi opinión, son, en este momento, un obstáculo para un auténtico desarrollo del tango como expresión popular. 1.- Los opinólogos que no admiten cambios más allá de lo que fue la década del 40, olvidando que esa época se destaca justamente por el auge de la innovación y la renovación. Muchas veces esta postura de "defensores a ultranza" del tango esconde la mediocridad conciente de quienes la adoptan como bandera. La actitud se equipara a la de un jefe,