Tango y Cultura Popular ® N° 165 | Page 70

El “No-Tango” Ya había comentado, en anteriores notas que, con referencia al tango y su desarrollo, existen tantas opiniones como personas. Me voy a referir a algunas de dichas opiniones de manera general, sin identificar a los emisores, dado que me interesa polemizar con las ideas, no con las personas. En un editorial anterior (*), he puntualizado cuáles eran, a mi entender, los aspectos negativos que se presentan en la actividad, y que traban su desarrollo. No voy a repetirlos aquí, pero quisiera ampliar algunos conceptos. Dentro de la nueva camada de autores, compositores y músicos hay quienes afirman que el tango está muerto. Lo primero que a uno se le ocurre preguntar es “entonces, ¿qué hacen aquí?, ¿por qué continúan haciendo aportes al género?”. Como mínimo, uno espera un poco de coherencia, virtud que parece también estar perimida. A mí me gusta el tango, pero no considero una determinada época como limitante. Hay tangos que me resultan aburridísimos entre los antiguos y también entre los actuales. Los clásicos lo son por mérito propio, no por pertenecer a un determinado período. En un reportaje que hemos reproducido, se cuestionaba al tango Uno porque “ya fue”. ¿En qué se basan para decir “ya fue”? ¿Acaso la letra perdió actualidad? Hoy mantiene totalmente su vigencia aquello de que “la lucha es cruel y es mucha”... ¿O no? Si la renovación del tango se va a basar en prohibir la ejecución de los clásicos, vamos muy mal, con una orientación nefasta, que parece esconder la idea de que los que lo propician no se sienten capaces de superar las realizaciones de quienes los precedieron. Y hay que observar las actitudes de aquéllos a quienes dicen admirar (admiración que tampoco es coherente). ¿O acaso alguien puede imaginar una postura similar en Osvaldo Pugliese? ¿O acaso Piazzolla renegaba de Troilo, Pugliese, Salgán, Di Sarli...? También hay quienes postulan que “no va más” lo de la melodía y el acompañamiento. ¿En qué manual lo leyeron? Todos tienen derecho a experimentar, pero no a descalificar gratuitamente. Y no a enojarse si el resultado de su experimento no los lleva a la cúspide de la fama. Yo escuché “tangos nuevos” que musicalmente pueden demostrar un virtuosismo de alto nivel pero, como no encuentro la melodía, no los puedo tararear ni silbar y, por lo tanto, no los puedo recordar. La música popular, no sólo el tango, es sencilla y es para todos, no sólo para