El “No-Tango”
Ya había comentado, en anteriores notas que, con referencia al tango y
su desarrollo, existen tantas opiniones como personas. Me voy a referir a
algunas de dichas opiniones de manera general, sin identificar a los
emisores, dado que me interesa polemizar con las ideas, no con las
personas.
En un editorial anterior (*), he puntualizado cuáles eran, a mi entender,
los aspectos negativos que se presentan en la actividad, y que traban su
desarrollo. No voy a repetirlos aquí, pero quisiera ampliar algunos
conceptos.
Dentro de la nueva camada de autores, compositores y músicos hay
quienes afirman que el tango está muerto. Lo primero que a uno se le
ocurre preguntar es “entonces, ¿qué hacen aquí?, ¿por qué continúan
haciendo aportes al género?”. Como mínimo, uno espera un poco de
coherencia, virtud que parece también estar perimida.
A mí me gusta el tango, pero no considero una determinada época como
limitante. Hay tangos que me resultan aburridísimos entre los antiguos y
también entre los actuales. Los clásicos lo son por mérito propio, no por
pertenecer a un determinado período. En un reportaje que hemos
reproducido, se cuestionaba al tango Uno porque “ya fue”. ¿En qué se
basan para decir “ya fue”? ¿Acaso la letra perdió actualidad? Hoy
mantiene totalmente su vigencia aquello de que “la lucha es cruel y es
mucha”... ¿O no?
Si la renovación del tango se va a basar en prohibir la ejecución de los
clásicos, vamos muy mal, con una orientación nefasta, que parece
esconder la idea de que los que lo propician no se sienten capaces de
superar las realizaciones de quienes los precedieron.
Y hay que observar las actitudes de aquéllos a quienes dicen admirar
(admiración que tampoco es coherente). ¿O acaso alguien puede
imaginar una postura similar en Osvaldo Pugliese? ¿O acaso Piazzolla
renegaba de Troilo, Pugliese, Salgán, Di Sarli...?
También hay quienes postulan que “no va más” lo de la melodía y el
acompañamiento. ¿En qué manual lo leyeron? Todos tienen derecho a
experimentar, pero no a descalificar gratuitamente. Y no a enojarse si el
resultado de su experimento no los lleva a la cúspide de la fama. Yo
escuché “tangos nuevos” que musicalmente pueden demostrar un
virtuosismo de alto nivel pero, como no encuentro la melodía, no los
puedo tararear ni silbar y, por lo tanto, no los puedo recordar. La música
popular, no sólo el tango, es sencilla y es para todos, no sólo para