Tango y Cultura Popular ® N° 165 | Page 68

Clásico y Moderno En los dos editoriales anteriores, y en otras oportunidades, he traído a colación la discusión entre los partidarios del “tango nuevo” y los defensores del “tango clásico”, criticando particularmente a los que asumen posiciones extremas en uno u otro sentido. Para poder abordar el tema con un enfoque correcto es necesario, a mi entender, considerar que no se trata de una discusión sobre conocimientos musicales sino que, de fondo, lo que está en el tapete es nuestra concepción sobre la cultura popular en general, su formación, su desarrollo, su relación con nuestra identidad, o con la identidad de cada pueblo, su futuro. Lo preocupante es que surjan voces que pretenden arrogarse la facultad de decidir, por ejemplo, qué se debe escuchar y qué no, especialmente entre los que dicen defender nuestra cultura. Esa actitud ha sido históricamente adoptada, más o menos solapadamente, por los grupos dominantes, con la intención de imponer sus pautas culturales, descalificando o prohibiendo nuestras expresiones, con el fin de facilitar su penetración. Los pueblos originarios tienen mucho que decir de este tema. También tienen una historia de resistencia que se expresa, por ejemplo, en la integración de sus ritos con la religión impuesta por el conquistador. En la Argentina se vivió, a partir de 1955, una enorme operación para eliminar al tango de las cabezas de la gente, reemplazarlo por música superficial y descartable y crear una división entre los jóvenes y los mayores, más allá de la que puede surgir naturalmente. El rock también fue impuesto, comprando espacios y difusores, con una publicidad abrumadora. Pero esta música fue cambiando en el mundo, en manos de músicos muy talentosos, y pasó a expresar los anhelos de millones de jóvenes. En nuestro país se dio un juego complejo de adopción y resistencia cultural, que dio lugar al llamado “rock nacional”, en castellano y con temática propia. El tango, mientras tanto, se mantuvo en reductos muy limitados, gracias al esfuerzo y el cariño de músicos, cantores y bailarines que no bajaron los brazos. Y finalmente resurgió, sin llegar todavía a los niveles originales, pero en forma cada vez más acelerada. En este resurgimiento confluyen varios factores e interactúan varias generaciones. Esto no puede desconocerse en nombre de una supuesta “ruptura”. ¿Con qué se pretende romper y por qué motivo?