Tango y Cultura Popular ® N° 165 | Page 36

Villa Malcolm Esta investigación que aquí presentamos brotó como el tango brota en Buenos Aires, sin que nos demos cuenta, de cada rincón; en este caso, en una mesa de un club, “El Villa Malcolm”, hablando de bueyes perdidos. Apenas iniciamos las primeras indagaciones que finalmente llevaron a esta investigación, la historia del tango aparecía por todos lados: primero fue Antonio Famia, el presidente del club, quien con orgullo y de sorpresa nos contó algunas de las orquestas que había visto tocar allí; después nos enteramos que Juan Saettone, un importante directivo del club, fue el primer bandoneón de la orquesta “típica” del maestro Tanturi durante 30 años; que Armando Laborde, cantor de la “típica” de D’Arienzo, era vecino, socio y amante de la institución, para la cual cantaba gratis cuando se lo permitían sus compromisos profesionales y su salud; que Julián Resano, socio fundador, al cual entrevistamos varias veces, fue amigo del destacadísimo cantor Alberto Marino y compartió mesas en el mismo club con Alberto Tavarozzi (compositor, amigo de Gardel y habitué); que Alberto, el vice-presidente, viajaba en su infancia con los músicos de la orquesta de Canaro en el colectivo “escolar” en el que su padre los transportaba a los bailes; que los jóvenes del barrio concurrentes al club, desde la calle oían ensayar al maestro Pugliese e iban a escuchar las peleas de box amontonados en la vereda, en la radio que el padre del maestro sacaba a la puerta de su negocio de música; etc. Así, al mismo tiempo, azarosa e inevitablemente, como esas pequeñas historias del tango grande, nació esta investigación. Una orquesta en cada esquina La década del 40 y los principios de la del 50 del siglo XX, por muchas razones (de sobra), marcan los años dorados del tango; las dos principales: florecen las mejores orquestas; y el tango se masifica, escuchándose en la radio, y bailándose, fundamentalmente, en los clubes sociales y deportivos. De este último fenómeno nos ocuparemos: el tango en los clubes sociales y deportivos en las décadas del 40 y 50. Específicamente de un barrio: Villa Crespo (y a veces nos extenderemos un poquito más, hacia sus zonas de influencia más próximas), barrio largamente celebrado por un vecino y poeta tanguero de ley, y uno de los más notables, Celedonio Flores; y aun más específicamente de uno de sus clubes: el Club Social y Deportivo Villa Malcolm. El Villa Malcolm se fundó en 1927 y está ubicado desde 1956 en la Av. Córdoba 5064 de la ciudad de Buenos Aires (anteriormente había estado ubicado a pocos metros sobre una calle lateral). Su primera “soirée danzante” (baile) con orquesta, según el libro de actas de la institución, data de 1938, y es “amenizada” por el conjunto dirigido por el maestro