Tango y Cultura Popular ® N° 165 | Page 10

orquesta en el Chantecler -lloriquea el cantor Alberto Echagüe-. Pero cantar con él es una carta de presentación inigualable. He llegado a ganar 50 mil pesos en giras de cinco días. "Por otra parte, J.D. es uno de los pocos directores en condiciones de asegurar trabajo continuado a su numeroso conjunto. "Trabajamos todo el año -se enorgullece-. Con nosotros no reza eso de que las grandes orquestas típicas han muerto. Esos cuartetos, quintetos, se forman cuando tienen problemas para trabajar. Nosotros, en cambio, no sufrimos por aumento de presupuestos: mi orquesta es la única que se mantiene. Y la primera en venta de discos." Después resopla como si estuviera todo dicho y se ajusta la corbata, en la que brilla un presuntuoso alfiler. "Vamos, Juan, son dos piecitas, nada más" -gime uno de los músicos, aprovechando la pausa para convencerlo de que actúe en un festival que organiza la policía, en el club San Lorenzo. "¡Dos piecitas, y en San Lorenzo! Yo sé que subo y no bajo más -profetiza-. Cuando los generales Cisneros y Anaya me pidieron que fuera al Círculo de Armas, también me dijeron: dos piecitas, Juan, y te vas. ¿Adonde me voy? El público no me dejaba bajar. Un poco más y hacemos todo el repertorio." El comedido parece a punto de abandonar, pero vuelve a la carga: "En San Lorenzo no habrá problemas. Dos piecitas y te vas en seguida, Juan. Los muchachos, de la policía dicen que te ponen escolta". D'Arienzo lo mira extrañado y explota golpeándose el pecho: "¿A mi me van a poner escolta? ¿Se creen que soy Sandro, que me van a poner escolta?". Publicado en revista Siete Días Recordando Tangos De Miguel Recuerdo