Villa Malcolm
Esta investigación que aquí presentamos brotó como el tango brota en
Buenos Aires, sin que nos demos cuenta, de cada rincón; en este caso,
en una mesa de un club, “El Villa Malcolm”, hablando de bueyes
perdidos. Apenas iniciamos las primeras indagaciones que finalmente
llevaron a esta investigación, la historia del tango aparecía por todos
lados: primero fue Antonio Famia, el presidente del club, quien con
orgullo y de sorpresa nos contó algunas de las orquestas que había visto
tocar allí; después nos enteramos que Juan Saettone, un importante
directivo del club, fue el primer bandoneón de la orquesta “típica” del
maestro Tanturi durante 30 años; que Armando Laborde, cantor de la
“típica” de D’Arienzo, era vecino, socio y amante de la institución, para la
cual cantaba gratis cuando se lo permitían sus compromisos
profesionales y su salud; que Julián Resano, socio fundador, al cual
entrevistamos varias veces, fue amigo del destacadísimo cantor Alberto
Marino y compartió mesas en el mismo club con Alberto Tavarozzi
(compositor, amigo de Gardel y habitué); que Alberto, el vice-presidente,
viajaba en su infancia con los músicos de la orquesta de Canaro en el
colectivo “escolar” en el que su padre los transportaba a los bailes; que
los jóvenes del barrio concurrentes al club, desde la calle oían ensayar al
maestro Pugliese e iban a escuchar las peleas de box amontonados en la
vereda, en la radio que el padre del maestro sacaba a la puerta de su
negocio de música; etc. Así, al mismo tiempo, azarosa e
inevitablemente, como esas pequeñas historias del tango grande, nació
esta investigación.
Una orquesta en cada esquina
La década del 40 y los principios de la del 50 del siglo XX, por muchas
razones (de sobra), marcan los años dorados del tango; las dos
principales: florecen las mejores orquestas; y el tango se masifica,
escuchándose en la radio, y bailándose, fundamentalmente, en los
clubes sociales y deportivos. De este último fenómeno nos ocuparemos:
el tango en los clubes sociales y deportivos en las décadas del 40 y 50.
Específicamente de un barrio: Villa Crespo (y a veces nos extenderemos
un poquito más, hacia sus zonas de influencia más próximas), barrio
largamente celebrado por un vecino y poeta tanguero de ley, y uno de
los más notables, Celedonio Flores; y aun más específicamente de uno
de sus clubes: el Club Social y Deportivo Villa Malcolm.
El Villa Malcolm se fundó en 1927 y está ubicado desde 1956 en la Av.
Córdoba 5064 de la ciudad de Buenos Aires (anteriormente había estado
ubicado a pocos metros sobre una calle lateral). Su primera “soirée
danzante” (baile) con orquesta, según el libro de actas de la institución,
data de 1938, y es “amenizada” por el conjunto dirigido por el maestro