El fraseo musical del tango
La acentuación del tango
Cuando escuchamos un tango, quizás la primera impresión que
tengamos, esté vinculada a su potencia rítmica. Si prestamos atención
notaremos que la marcación rítmica está a cargo de sonidos graves,
bajos. Y sobre ésta se desarrolla una línea melódica expresiva y
melancólica.
Aquí tenemos una premisa fundamental para la interpretación del
género. Si intentamos tocar un tango con un instrumento melódico no
debemos acentuar rítmicamente la melodía. La acentuación está a cargo
del acompañamiento, y sólo en pocos casos el canto tendrá un vínculo
rítmico con aquél.
Es imprescindible escuchar tangos cantados. Los cantores de tango
jamás acentúan las palabras dejándose llevar por el ritmo acompañante.
Se podría decir que la línea
melódica del tango es un
tanto autosuficiente,
responde al sentido de su
texto, y remarca aquéllas
palabras que el intérprete
considera más relevantes.
Las grabaciones realizadas
por el cantor Alberto Castillo
con la orquesta de Ricardo
Tanturi, son un ejemplo
superlativo de vuelo
melódico sobre base rítmica.
Cuando consigamos manejar
ese vuelo melódico, quizás
entonces sí podamos
acentuar breves pasajes, en
especial finales de frase, o
fragmentos de escalas
ascendentes. Es tradicional
en el tango instrumental
exagerar el acento de esos
breves pasajes, logrando un
agradable contraste con el
resto del desarrollo
melódico.