El Rey del Compás
"El calificativo de Rey del Compás me lo pusieron en el Cabaret Florida,
el antiguo Dancing Florida. Ahí tocaba Osvaldo Fresedo, mientras yo
actuaba en el Chantecler, que era de los mismos dueños. Allá por el 28 o
el 30 conocí al famoso Príncipe Cubano, que era el que presentaba los
números. Estaba Julio Jorge Nelson, también. Eso pasó cuando
reemplacé a Fresedo en el Florida. El pianista era Juan Carlos Howard.
Fue en esos días cuando el Príncipe Cubano salió con lo de Rey del
Compás, por el estilo que tenía yo.
La mía siempre fue una
orquesta recia, con un
ritmo muy
acompasado, muy
nervioso, vibrante. Y
fue así porque el tango,
para mí, tiene y tres
cosas: compás, efecto
y matices. Una
orquesta debe tener,
sobre todas, vida. Por
eso la mía perduró
durante más de
cincuenta años. Y
cuando el Príncipe me
puso ese título yo
pensé que estaba bien,
que tenía razón.
Gardel trabajó conmigo en el Paramount, pero no cantó con mi orquesta.
El hacía el dúo con Razzano en los entreactos. Era la época en que yo
hacía jazz, con Verona. Después volvimos a actuar juntos en el Real
Cine, siempre en los entreactos. Pero si bien no cantó bajo mi batuta,
Gardel era medio fana mío y siempre venía a verme a los cabarets donde
yo actuaba. ¡Ya tengo 42 años de cabaret! Anoten si quieren: Abdullah,
Palais de Glace, Florida, Bambú, Marabú, Empire, Chantecler,
Armenonville. Todo eso en 42 años. ¡Si conoceré gente de la noche!
La nuestra es una orquesta unida: los muchachos están afiatados.
Ensayamos tres o cuatro veces y ya cada uno sabe lo que debe hacer. Yo
les hago algunas correcciones y asunto arreglado. A veces sólo falta que
yo les imprima mi sello, algo que cuido mucho porque subir es difícil
pero más lo es mantenerse. Y yo llevo sesenta años en esto.