Tango y Cultura Popular ® N° 161 | Page 25

ocho, diez años de estar bailando, me fluyó, por una cuestión de estar milongueando, trabajo... por ahí alguien me decía si lo ayudaba a asistir una clase, o por ahí se me acercaba una señora y me decía que le gustaba como bailaba, si le podía enseñar, así empecé por ese lado. Corriendo más el tiempo, hace tres años, conozco a Alejandro Montes de Oca, que es mi actual pareja, pareja en la vida y también en el tango. Yo venia más del palo milonguero, y lo conozco a Ale en “La Viruta”. Él nació en México, pero gran amante del tango se había mudado a la Argentina. Estábamos los dos allá en Buenos Aires y nos conocimos milongueando en “La Viruta”. Y bueno, me sacó a bailar, conectamos, nos gustamos, y fluyó, nos unimos personalmente y “tanguerísticamente” hablando. Él estaba también trabajando en tango de escenario, y siempre estábamos tomando clases, entrenando, nunca dijimos, bueno hasta acá. Siempre en continua búsqueda, retroalimentándonos, aprendiendo, moviéndonos en el ambiente, milongueando... Y a su vez trabajando lo nuestro, nuestro producto, que venía de un palo “escenario” y de otro palo “milonguero”... R: Decís: “tu producto”, ¿desde qué punto de vista? ¿de exhibición de baile? J: Si yo digo un producto, como la pareja de baile, la parte laboral, lo que hacemos, lo que proponemos, lo que nosotros encontramos dentro de nuestro baile, fue como que fluíamos en algo que él ya era un bailarín estandarizado, ya hecho por su lado, y yo venía hecha por mi lado, entonces nos juntamos, “uy yo lo veo así”, “yo asá” y bueno, somos lo que somos y seguimos siendo, porque uno no termina nunca esa búsqueda, que es lo más lindo... R: Claro, pero supongo que el haberse juntado les debe haber aumentado a los dos el panorama en cuanto a creación... J: Totalmente, Ricardo, sí. Exactamente, aparte de una retroalimentación es un enriquecimiento. De dos corrientes, que, si bien es tango, dos visiones que en ciertas cosas por ahí hasta incluso técnicas, quizás en un escenario expandís de una manera y en la milonga nada que ver. A todo esto cuando yo lo conozco estaba trabajando en casas de tango, así que escenario a full, y yo haciendo mis cositas, entonces surge esto re lindo entre los dos a nivel personal y a nivel tango también, y surge un viaje, que nos vamos a Europa, después regresamos a Buenos Aires, y siempre el trabajo a nivel personal, ensayos, clases, trabajando dando clases... y después nos venimos para México, por una cuestión personal, y nace “Chamuyo Fino” en agosto del año pasado. Primero teníamos unas clases, pero teníamos muchas ganas de hacer una milonga, yo como milonguera vieja... En realidad Alejandro, un tiempo que estuvo acá en México organizó, en esta misma locación, una milonga, entonces él ya tenía el contacto, conocía el lugar, y, es muy lindo, como podes apreciar, una onda como “La Ideal” una mezcla de Tango y Cultura Popular