Tango y Cultura Popular
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pone mucho tango “for export”
mucha gente aquí que no sabe.
Y en ese lado a mi también me
ayudó a profundizar más, me metí
a estudiar mucho música... Y claro
era ya como tener un pedacito
de Buenos Aires aquí, y también
me encantaba, ¿no?. Con Julieta
más, estamos muy contentos de
que a la gente le haya gustado,
y la música le gusta. Y aparte la
comunidad acá a veces es un poco
medio dividida...
R: Sí, pero parece que todos
vienen aquí.
A: Sí ¡les gusta!
R: Eso de que sea medio dividida,
parece que fuera inherente al
tango, en algunos casos, aunque
yo no creo, pero pasa mucho.
Pasa en Buenos Aires, pasa en
Rosario...Y yo creo que es una
tontería.
A: Sí... Igual de a poco siempre
va viniendo gente nueva. Siempre
está la gente habitué que viene
como un 60% y hoy viene gente
que no conozco, entonces siempre
hay gente nueva, y eso está muy
bueno, porque va creciendo.
R: Es buenísimo y muy
importante, porque aquí vienen
jóvenes, mayores, y están todos,
la separación tampoco es buena.
A: Eso me gusta, vienen de
todas las edades. Aparte aquí
no están muy acostumbrados a
salir en México entre semana,
acá es como: viernes - sábado...
Y decidimos hacerla el lunes,
entonces era así como uy a ver
que sale un lunes... esta bueno
porque yo veo que en Buenos
Aires no importa el día, ¿no? la
gente esta acostumbrada un
poco más a trasnochar.
R: Incluso allá las milongas
Revista N° 161
terminan más tarde.
A: Sí, totalmente. Y bueno, acá
por ser lunes la verdad que no
está mal. Está como empezando
la gente a salir no solo viernes
y sábados. ¡Y unos dicen que lo
toman como extensión del fin
de semana!
Entrevista a Julieta
Barrionuevo
R: Hablame de tu relación con el
tango, la milonga, tu carrera...
J: Bueno, mis comienzos fueron
más o menos a finales de los ‘90,
1998 me agarra el gustito por el
tango. Mi papá lo bailaba, pero
en la época que él escuchaba
no me atraía mucho. En los ‘80
yo pensaba que no era para mi,
tenía otra base... pero en 1998,
99 empiezo a tomar clases con
Nito y Elba en “Grisel” y empecé a
tomar mis clases y milongueaba,
desde un punto de vista muy
inocente, ahí quedaba. Inocente
en el sentido de que no veía al
tango como una profesión... eso
se fue desencadenando con los
años. Todo esto en Buenos Aires.
Después tuve la posibilidad de
viajar, por equis motivo, por
EE.UU. Y más me picó todavía,
porque me agarraba como una
melancolía... entonces ahí me
llamaba más, y más me agarraba
esa nostalgia. Trataba de ir a
milongas allá y también buscaba
maestros, era como que no lo
podía dejar, donde estuviera, no lo
podía dejar. Así fue que después
regresé a Buenos Aires, y viajaba
mucho, y adonde iba siempre
buscaba el contacto con el tango.
Es larga la historia porque pasaron
muchos años, pero como a los