(Francia), Rudy Vega (Portugal) y
Adelilne Ireland (Alemania), Jonida
Cepani (Albania) y Dj Ashwin
Ravindranath (India). La primera
noche el organizador nos recibió
a cada uno de nosotros con una
ceremonia donde cada hindú nos
obsequiaba una chalina típica, que
simbolizaba ser “bienvenidos”.
Bailaron Yamila Ivonne y Tomás
Corvalán. A la mañana siguiente,
y por los tres días siguientes, las
clases de conexión y abrazo, se
completaron con técnica para la
mujer, musicalidad en Pugliese,
giros en vals, milonga lisa y con
traspié, boleos en diferentes
ritmos, sacadas, ganchos, lápiz
y enrosques. Se desarrollaron a
la orilla de la pileta, en grandes
patios como también a la noche,
las milongas y los shows. Todo
tuvo un carácter íntimo y cálido.
Como el espacio y el clima que nos
acompañó durante cuatro días.
Fuera de las clases, se
confraternizó compartiendo
momentos de zambullirse en el
agua con la música de tango como
fondo pero también bailes griegos
e hindúes y comidas alrededor
de la pileta, salidas de compras,
playa, y a restaurantes italianos
y alemanes que había en Anjuna.
La segunda noche fue el turno de
Haris y Malika. La tercera y cuarta
noche de milonga se bailó bajó las
estrellas y todos nos resistíamos
a dormir. Esa última noche
sortee entre los concurrentes los
regalos que había llevado desde la
Argentina, desde Rosario un chal
de Pura Maña estampado con las
caras de Tita Merello, gentileza
de Yanina Imperiale. También,
trabajos de fileteado porteño que
compré a Silvina Andrea Bernard
y zapatos de mujer de Raquel
Shoes que había conseguido como
auspiciantes para el Festival. Mi
trabajo en el Festival fue participar
como asistente, como fotógrafa
y como “videógrafa” de todos los
momentos. No musicalicé y no
di mi conferencia. Me dieron a
entender que sólo me relajara
y disfrutara. Y eso hice. Fueron
noches inolvidables.
Volvimos a Delhi el 15 y durante
cuatro días me quedé en casa
de Hitomi, mi amiga japonesa
hispanoparlante. Con ella recorrí
las duras calles, los parques
ajenos al turista común, las ferias
o markets más relevantes como
Sarojini Nagar y Dili Hat, que es
una plaza de comida y artesanía
bazar al aire libre, y también
Nehru Place, donde la tecnología
te marea. Todo situado en Nueva
Delhi. Mientras estuve en casa de
Hitomi, la preparé para su examen
de español. Decidí que mi libro
Tango, un Baile Bien Porteño de
Nicole Nau – Klapwijk se quedaría
con ella. Y aquí mi recta final con
el tango. El día que Hitomi rendía
la acompaño al Instituto Cervantes
Tango y Cultura Popular