Este curso pasado contamos en el centro con alumnas en prácticas del Máster de Mediación Escolar, Familiar y Socio- Comunitaria, a las que tutoricé y con las que programé una serie de actividades, con el objetivo de crear un equipo de mediación escolar formado por alumnado. Se plantearon unos pasos previos antes de crear este servicio de mediación y lo primero a tener en cuenta fue analizar el clima de convivencia en el centro. Para ello, pasamos unos cuestionarios al alumnado y al profesorado, haciéndose el vaciado posterior de los datos y análisis de los resultados con vistas a la formación y puesta en práctica de los alumnos/as mediadores seleccionados, tarea que quedaría pendiente para este curso 2016/17 y en la que se basa esta experiencia, aquí expuesta.
En las preguntas formuladas al alumnado, comentamos la pregunta de si conocían las normas de convivencia del centro:
la pregunta referente a si el alumnado conocía las normas de convivencia del centro escolar que se le hizo a un grupo clase, en este caso a un grupo de 5º, de los cuales asistieron 21 niñas y niños, la contestación a dicha pregunta dio como resultado que de un total de 21 que respondieron a esta pregunta, 20 sí conocen las normas y sólo 1 responde que no las conoce. Las preguntas tipo que se formularon eran: sobre No chillar con una frecuencia de respuesta de 1, No pegar con una frecuencia de respuesta de 3 y así sucesivamente con las preguntas aquí formuladas.
Analizando esta pregunta se entiende que el alumnado conoce las normas de convivencia pero no suelen respetar algunas normas de clase, reconociendo que en algunas ocasiones, chillan en vez de hablarse entre ellos, no se suelen pedir disculpas cuando se enfadan, se insultan por algunas tonterías y que muchas de las veces en las que se han peleado, si se hubiesen pedido disculpas en el momento, reconocen que no hubiesen tenido mayores problemas pero que a veces el orgullo es el que hace que la situación sea problemática y ocasione conflictos.
En la siguiente tabla se puede observar las respuestas del alumnado así como la frecuencia de las mismas:
Una vez se hicieron las preguntas al alumnado y hecho el vaciado, se procedió a la siguiente fase, en la que se planteó su formación y la temporalización de las actividades programadas. El porqué nos planteamos la formación sobre la mediación en el centro viene justificado por la necesidad de la mejora de las relaciones entre los iguales, la incorporación de un servicio de mediación supone una adecuación de la escuela a los cambios sociales, un acercamiento a la problemática del entorno y por ello se hace necesario su difusión a todos los miembros de la comunidad escolar, ya que será el propio alumnado el que lo transmita a las familias y la que podrá colaborar con la escuela en el intercambio de experiencias, trabajo conjunto y pueda adoptar intervenciones de ayuda que mejoren las relaciones entre sus hijas o hijos y el resto de sus iguales.
Con las actividades aquí presentadas, se pretende que el alumnado reflexione e interiorice emociones, sentimientos, que sea empático y pueda entender al otro, ponerse en su lugar, que aprenda a escuchar y a dialogar, interpretar el lenguaje no verbal que a veces adoptan cuando tienen un conflicto, para evitar malentendidos y poder convivir de forma pacífica dentro de la realidad del centro educativo.
Se han planteado varias sesiones de formación para el alumnado participante, con una duración aproximada de 8 horas, a razón de una hora semanal, que se aplican en este curso escolar durante dos meses, con sus correspondientes objetivos, actividades y evaluación de las mismas. Las cuales nos ayudarán a que los alumnos/as se conozcan mejor entre sí, que se fomenten las relaciones interpersonales entre ellos y gracias al debate final de las sesiones, comprobar el grado de asimilación de los objetivos propuestos.
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28 | 2017 | nº XX | Tamadaba