na el método, prefiero dejar a la curiosidad del
lector el trabajo de profundizar, si así lo desea.
Las fuentes son abundantes y fáciles de encon-
trar. Pero sí quiero comentar con vosotros una
reflexión personal, que surgió de conectar mi
anual semana de ruta en moto con los principios
fundamentales que dieron origen al libro, y que
el propio Covey explicó muy bien en sus videos.
La idea germinal de esta -a mi juicio- obra
maestra se remonta a 1976, cuando, con mo-
tivo de la publicación de un estudio sobre el
concepto de éxito, el autor se propuso inves-
tigar lo que dicho concepto significaba tradi-
cionalmente en la mente del estadounidense
medio; no olvidemos que éxito puede signifi-
car cosas muy variadas dependiendo de para
quién (por ejemplo, para una persona tener
éxito podría equivaler a ganar mucho dine-
ro, mientras que para otra puede significar
criar y educar a sus hijos, para otra más ocu-
par una posición de poder e influencia y para
una última disfrutar de las oportunidades para
desarrollar en la vida su máximo potencial
intelectual o creativo). Así que decidió consul-
tar artículos, libros y referencias de la literatura
de su país para ver cómo se había abordado
este tema históricamente. Y pronto se en-
contró con algo que cualquiera de nosotros
que tenga una cierta edad podría corroborar.
Resulta que la mayor parte de las obras que ha-
bían sido publicadas antes de los años 60 del
siglo XX coincidían en relacionar el éxito de
una persona con los valores tradicionales,
inculcados a través de los siglos: ser ético,
honesto, trabajador, madrugador, confia-
ble, ahorrador, sincero, etc. se consideraba
universalmente el camino directo para llegar a
ser alguien “formal y de provecho”. Seguro que
alguno de vosotros está escuchando en este
momento a sus padres y abuelos, igual que yo.
Pero, como si de una línea en el suelo se
tratara, la literatura posterior a esa fecha vin-
culaba el éxito más bien con herramientas de
ámbito social y relacional; saber cómo ne-
gociar y obtener beneficios rápidos, ser
un orador convincente, utilizar mecanis-
mos de influencia con los otros, liderar
carismáticamente y otras habilidades
similares pasaron a ser consideradas por
la sociedad, o al menos por el mundo em-
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