cosas que no sabía que aprendería, él será mi maestro, de hecho, ya es
mi maestro de vida. Han pasados días y conforme pasan más y lo veo,
reflexionó y me doy cuenta de lo que ahora soy capaz de hacer; dentro
de mí existe confianza, alegría y todo el entusiasmo que se desborda.
Tengo la certeza que todo pasa por algo, aunque quizá en el primer mo-
mento mi vida se derrumbó, ahora veo y siento la vida diferente; aunque
somos seres muy frágiles que estamos expuestos a todo y en muy poco
decidimos, sí podemos escoger algo importante: cómo tomar las cosas...
siempre hay momentos donde optar por la alegría o la pesadez. Yo, por
ejemplo, tomo la llegada de Benjamín a mi vida (a sus vidas, también)
con una gran alegría y, también, como una enorme bendición.
Por lo pronto cuento con muchos aliados. Seres excepcionales que han
sido eso y más a lo largo de toda la vida: la familia (Peña-Escobar). Agra-
decemos de todo corazón el amor, apoyo, comprensión y entusiasmo
de mis papás, hermanos y familia en esta nueva aventura llamada:
Benjamín. P.d. Cuando nació Beny, algunas personas preguntaban
cómo debían decirnos o qué debían decir y yo no pude responderles
a esto, aún el dolor me cegaba, pero ahora les digo: Digan con toda
naturalidad que es un niño diferente; es simplemente un niño y que,
además, nació con un regalo llamado Síndrome de Down, del cual
estoy orgullosa, y que si les dicen “Pobre Dania” o “Pobrecito niño”,
les digan que no. Eso sí me lastimaría mucho, porque soy la mamá
más afortunada por tenerlo y disfrutar esta nueva vida, y les hago la
invitación para que todos lo vean diferente, como la invitación que yo
recibí a una nueva vida llena de retos y ya.
Los quiero y sé que están a mi lado para levantarme, orientarme y darme
amor cuando lo necesite. Gracias familia.
Adaptación de D´Artigues K.(6 de enero 2007), A mis amigos: El universal. Recupe-
rado de: www.eluniversal.com.mx/autor-opinion/.../katia-dartigues/campos-eliseo
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