Nosotros los seres humanos, tan capaces y tan incapaci-
tados, vivimos presos de la propiedad privada que todo lo
convierte en mercancía, que le quita todo el valor a nues-
tras vidas y a nuestra calidad de vida. Las muertes violentas
de cada día, al igual que las violaciones, la dominación, la
humillación, el rechazo, el dolor, el llanto y todas nues-
tras angustias son el recuerdo permanente de esta nuestra
gran condena.
PERO TAMBIÉN ES NUESTRA ABSURDA ELECCIÓN.
Leonardo Quintero Suárez (Cartago)