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Lo que la ayudante puede ver en las reacciones de las mujeres violadas
Cuando la violación es percibida como si hubiera ocurrido por culpa de la mujer, da como resultado
su aislamiento, angustia y sufrimiento. Los síntomas después de la violación son, en general,
los mismos que los síntomas de los trastornos traumáticos graves descritos anteriormente. Por
ejemplo, una respuesta inicial puede ser una reacción de shock (choque) que puede durar unos
pocos minutos, días o semanas. Las reacciones extremas de shock pueden incluir ataques de
pánico, ansiedad y confusión, o bien, un estado de parálisis, mutismo y retraimiento. Si la víctima
está lesionada, comenzará a sentir el dolor de sus heridas.
Las reacciones físicas como dolores de cabeza, mareos, palpitaciones, dificultades para respirar,
sensación de frío, desmayos, temblores, náuseas y, a veces, vómitos son bastante frecuentes
en la fase aguda. Las mujeres suelen sentirse sucias, una reacción que puede llevarlas al lavado
compulsivo. También aparece temprano el miedo al embarazo, a las enfermedades de transmisión
sexual y a las lesiones en los genitales.
La sobreviviente puede mostrar conductas (a manera de reacción) como sentirse emocionalmente
inestable, tener dificultades para concentrarse, sentir inquietud y agitación, ser incapaz de relajarse,
perder la motivación, retraerse, tratar de evitar los recordatorios del evento, sobresaltarse fácilmente,
o permanecer muy alerta y vigilante, sentirse fácilmente molesta por pequeñas cosas, tener miedo
del acto sexual o perder el placer sexual, cambiar su estilo de vida, aumentar el abuso de sustancias
nocivas para su salud, lavarse o bañarse con frecuencia, o tratar de actuar como si nada hubiera
pasado (negación).
Exposición recurrente al trauma
Después de la exposición a un trauma recurrente por largo tiempo, como resultado de vivir en
guerra o en constante peligro, las mujeres y los niños pueden vivir en un continuo estado de alarma.
Por ejemplo, una mujer puede luchar para controlar sus reacciones y utilizar toda su energía en
hacer eso. Cuando el peligro ha terminado, sus reacciones suelen intensificarse. También puede
reaccionar entrando en un estado de estrés crónico.
A veces las reacciones postraumáticas aparecen gradualmente. Las mujeres pueden sentir intensas
reviviscencias intrusivas mientras hacen esfuerzos por evitar los recordatorios de lo que sucedió.
Sin embargo, dormirán mal, estarán en guardia y se sobresaltaran fácilmente. Debido a que
revivir un incidente traumático provoca fuerte dolor emocional y miedo, la gente tiende a tomar
medidas conscientes e inconscientes para evitar las situaciones que les recuerden lo vivido. Las
sobrevivientes adoptan diferentes estrategias para hacer esto. En algunos casos, las mujeres se
aíslan; dejarán de salir y cortarán todo contacto con sus amigos y su entorno. Las sobrevivientes
también pueden tratar de protegerse a sí mismas subestimando la violencia a la que han sido
sometidas. Las mujeres dirán: “No fue tan malo, quiero olvidarlo, dejarlo atrás...”. Estas respuestas
de evitación tienen diferentes consecuencias. Una vida en aislamiento reforzará el temor de una
mujer de revivir sus experiencias traumáticas. Las mujeres que trivializan la violencia que han sufrido,
o niegan que haya sucedido, encuentran que lo pueden manejar por un tiempo, pero a largo plazo
pueden desarrollar síntomas graves, porque gastan demasiada energía no reaccionando ante lo que
pasó (Berntsen, 2005).
Una mejoría puede reflejarse después de haber pasado tres meses del evento (Dahl, 1993). Sin
embargo, casi todas las víctimas de violación sufren traumas emocionales graves y duraderos.
Los aspectos sexuales del delito no son, en sí mismos, los factores más significativos que causan
un trauma psicológico. Estos parecen ser causados por una combinación de seis características
distintivas del ataque sufrido (Fanflik, 2007). El ataque:
• Es repentino y arbitrario.
• Se percibe como una amenaza para la vida.
• Se percibe como deshumanizante.
indefensa e impotente. A pesar de ello, en muchas sociedades la violación de las mujeres todavía
no es considerada un crimen grave, debido a la creencia de que las mujeres tienen una posición
subordinada en la sociedad, y no gozan de los mismos derechos que los hombres. A menudo este
crimen se considera una violación a la propiedad masculina.