SOLUCIONES PRÁCTICAS
L
os casinos son un
negocio bastante
arcano ya que no
hace mucho tiempo el
juego legal se limitaba a
los estados de Nevada
y Nueva Jersey. Para
que nadie piense de
otro modo, operar un
exitoso casino legal es
mucho más difícil de lo
que parece. Las caras
sonrientes de los agentes
y el ambiente festivo
desmienten la intensidad
de la operación. Todos
los matices de la sala de
juego están controlados
para garantizar que los
tramposos no tengan la
sartén por el mango y
que los clientes tengan
un juego justo.
Los pocos a los que se les juzga dignos de
operar casinos están expuestos a exhausti-
vos controles de antecedentes antes de reci-
bir la codiciada licencia. Además, las
comprobaciones intrusivas de idoneidad
siguen, siempre y cuando la persona tiene la
licencia. Cualquier atisbo de incorrección
podría obligar a un licenciatario a presen-
tarse ante un consejo regulador del juego
para explicar sus acciones.
Gracias a Hollywood, abundan los estereoti-
pos de casinos y de los que los operan. Un
agente especial del Servicio de Impuestos
Internos (IRS) de Las Vegas dijo una vez en
una reunión de directores de cumplimiento
de la industria del casino que “Hay quienes
están fuera de Nevada, que piensan que todos
los casinos son propiedad de Robert De Niro, y
1
que su programa de lucha de antilavado de
dinero (ALD) está dirigido por Joe Pesci”.
Este agente del IRS estaba reconociendo
empáticamente los desafíos que enfrentan los
casinos en la superación de vistas incubadas
por la cultura pop. A pesar de que los casinos
están muy regulados, con frecuencia audita-
dos y cotizan en bolsa, la época pasada de
figuras del delito organizado que subrepticia-
mente gestionan ciertos casinos todavía persi-
gue inmerecidamente a la industria.
El establecimiento de una cultura de estricta
adherencia a los procedimientos y el fomento
de la integridad de los empleados es funda-
mental para una operación de juego. En este
sentido, los casinos y bancos comparten algo
en común. Sin embargo, los casinos en
muchas áreas no son como los bancos. Si bien
los bancos están en el negocio de transferir y
almacenar el dinero de usted, los casinos se
encuentran, en gran parte, en el negocio de
ganar y perder dinero. Aunque los casinos
proporcionan servicios para facilitar el juego,
tienen poco interés en las transacciones
financieras que no aportan clientes a las
mesas o máquinas tragamonedas. Un mantra
común entre los cajeros del casino cuando los
clientes solicitan una transacción financiera
no relacionada con el juego es, “Lo siento, no
somos su banco”.
Incluso comparar los informes de transaccio-
nes en efectivo (CTR) de los bancos y casinos
es como comparar manzanas con naranjas. Si
un banco presenta un CTR por $10.000, por lo
general significa que el cliente entró con
$10.000 en efectivo. Sin embargo, esto no es
cierto para los casinos. Esto es debido a que la
Red Contra los Delitos Financieros (FinCEN)
requiere de los casinos que totalicen cada vez
que un cliente deposita dinero en una mesa
de blackjack o alimenta dinero en efectivo en
una máquina tragamonedas. La diosa Fortuna
a menudo lleva a los clientes a retirar su
dinero, tomar un descanso y pasar a otra mesa
o tragamonedas. A pesar de que es el mismo
efectivo, las nuevas apuestas todavía están
incluidas en el total de dinero del día. Es
como que un cliente de un banco depositara
$5.000, y de inmediato retirara todo para
luego ir a otro cajero y repetir la operación.
Hay una lógica a esta regla de la FinCEN, pero
las agencias de control legal a menudo tienen
que ser educadas sobre cómo interpretar los
CTR de un casino.
Una manera práctica de entender los progra-
mas de ALD de los casinos es comprender pri-
mero cómo se produce el lavado de dinero en
un casino y después cómo se detecta la men-
cionada actividad.
El disfrute del dinero
sucio
La forma más común de lavado de dinero en
un casino es simplemente el disfrute de las
ganancias mal habidas. 1 Esta es la etapa
final del ciclo de lavado de dinero (integra-
ción). La mayoría de las veces, los clientes
disfrutan del “dinero malo” jugando sin ocul-
tar su identidad. En estas situaciones no hay
diferencias apreciables entre los delincuen-
tes que gastan dinero ilícito y un jugador que
usa fondos legítimos. La única excepción
podría ser un aumento significativo en el
juego. Un aumento sustancial en las apues-
tas mensuales promedio de un cliente podría
indicar que alguien puede haberse enrique-
cido por medio de una actividad delictiva.
Sin embargo, no es infrecuente que los juga-
dores legítimos tengan un pico en el juego.
Esto sucede a menudo cuando un casino
atrae a un cliente de la competencia.
Una manera práctica de
entender los programas
de ALD de los casinos es
comprender primero cómo
se produce el lavado de
dinero en un casino y
después cómo se detecta
la mencionada actividad
Para examinar a los delincuentes que disfru-
tan de su dinero libre de impuestos, los casi-
nos se basan en procedimientos de diligencia
debida establecidos para identificar posibles
casos de fondos ilícitos que entran en el
casino. En marcado contraste con el pasado,
la FinCEN ha aconsejado enérgicamente a los
casinos que tienen la obligación de utilizar
toda la información disponible para determi-
nar el origen de los fondos de los clientes.
Esto incluye lo que cualquier empleado del
“National Money Laundering Risk Assessment,” United States Treasury, 2015, https://www.treasury.gov/resource-center/terrorist-illicit-finance/Documents/
National%20Money%20Laundering%20Risk%20Assessment%20%E2%80%93%2006-12-2015.pdf
ACAMS TODAY | SEPTIEMBRE–NOVIEMBRE 2016 | ESPANOL.ACAMS.ORG | ACAMSTODAY.ORG
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