Spanish ACAMS Today (Marzo-Mayo 2014) Vol. 13 No. 2 | Page 81

POLÍTICA ANTILAVADO ser insuficientes para promover cambios de comportamiento, especialmente durante un período de tiempo tan largo. Así que, ¿por qué hay sanciones a Cuba, si es que han demostrado ser ineficaces para cambiar el comportamiento, y no tienen ninguna perspectiva realista de hacerlo? La explicación más simple es la más probable: Las sanciones existen porque sirven un propósito político en los EE.UU. Hay un valor político en la sanción de un régimen comunista frente a la costa de Florida, especialmente uno que expropió cantidades considerables de activos estadounidenses, y que una vez alojó misiles nucleares rusos brevemente — en especial con la considerable comunidad de expatriados cubanos en el sur de la Florida. Justo como debe ser: Birmania Por otra parte, un verdadero ejemplo ilustrativo de cómo las sanciones pueden ser eficaces es el programa de sanciones de Myanmar (formalmente conocido como Birmania). Como consecuencia de la supresión de la oposición a la junta militar que gobierna el país, se impusieron sanciones que fueron fortalecidas durante gran parte de los años 1990 y 2000 tanto por la UE como por los EE.UU. En particular, después de la violenta represión de las protestas contra el gobierno en 2007, la UE y los EE.UU. prohibieron las importaciones de jadeíta y rubíes minados en Birmania, una de las principales exportaciones del país. Los gobernantes militares reaccionaron ante el impacto en la economía mediante, en los próximos años, cambios para que Myanmar fuera una sociedad más pluralista. En particular, en noviembre de 2010, liberaron a Aung San Suu Kyi, la prominente líder de la oposición a la que habían sometido a largos períodos de prisión domiciliaria por un total de 15 años. Aunque no hubo levantamiento de sanciones notable inmediatamente después de ese acontecimiento, los EE.UU. iniciaron negociaciones secretas con la Junta e ignoraron las recomendaciones de la Embajada de EE.UU. en Yangn de añadir cientos de nombres adicionales a la Lista de la OFAC de Ciudadanos Especialmente Designados (SDN) durante 3 años y medio.1 La marcha continua hacia la democracia resulto en la suspensión de las sanciones de la UE y la reducción significativa de sanciones de los EE.UU. en 2013. Incluso frente a esta distensión, sin embargo, la OFAC señaló recientemente a un individuo y tres entidades por su participación en el 1 comercio de armas con Corea del Norte. Esta segunda categoría de sanciones contra Myanmar se originó a través de la emisión de la Orden Ejecutiva 13619 en 2012, y sirve como una advertencia de que ser aceptado como “buen actor” incluye tanto la conducta interna como la externa de un gobierno. ¿Demasiado duro? Décadas de sanciones iraníes La historia de las sanciones contra Irán ha recorrido toda la gama desde ser en un principio “demasiado suave” para potencialmente llegar a ser “demasiado duro”. Mientras que los EE.UU. originalmente sancionaron a Irán tras el asalto a su embajada durante el gobierno de Carter, el conjunto actual de sanciones se promulgó por primera vez en 1987. El enfoque de estas restricciones se basa en el apoyo de Teherán a grupos terroristas, sobre todo Hezbollah. Aunque los EE.UU. endurecieron las sanciones de nuevo varias veces a finales de 1990, actuaron en solitario contra Irán, sin ningún efecto visible hasta 2007, cuando las ambiciones nucleares de Teherán aparentemente comenzaron a atraer sanciones de la ONU y la UE, entre otros. Aún así, a pesar de mayor unanimidad, las sanciones no provocaron ninguna respuesta evidente del gobierno iraní debido a que Irán mantuvo su principal fuente de ingresos y medida de fuerza — el petróleo. Una vez que los regímenes de sanciones incluyeron restricciones en el sector energético de Irán en 2012, el dolor económico en Irán se hizo tan grande que las próximas elecciones presidenciales las ganó Hassan Rouhani, un moderado. Tal vez lo más notable, los clérigos islámicos que verdaderamente controlan el gobierno dieron el nuevo líder margen de maniobra para negociar levantar las sanciones impuestas a Teherán a cambio de reformas. Aun así, como el acuerdo de seis meses de creación de confianza entre Irán y el P5 +1 (EE.UU., Reino Unido, China, Rusia, Francia y Alemania), conocido como el Plan de Acción Conjunta, entra en vigor, se están formando nubes de tormenta en el Congreso de los EE.UU. que tienen el potencial de emitir sanciones contra Irán que pueden ir más allá de efectivas a ser contraproducentes. Los legisladores de ambos partidos creen que el acuerdo interino actual no es suficiente para hacer retroceder la amenaza de la capacidad de armas nucleares de Irán, y que la amenaza de sanciones aún más duras producirá un resultado aún mejor negociado. ¿Tienen razón o puede ser que agregar sal a la herida echará por tierra el acuerdo o todavía hará algo peor? ¿Cuándo es suficiente? ¿Pueden ser demasiado punitivas las sanciones y producir el efecto contrario al deseado, tal vez años o décadas más tarde? El Tratado de Versalles, que puso fin a la Primera Guerra Mundial, ofrece un argumento convincente de que empujar a Teherán más allá de lo que ya se ha acordado podría volverse en contra de los EE.UU. El Tratado impuso sanciones económicas duras, así como concesiones territoriales significativas, a Alemania. Se impuso, en lugar de negociarlo. El pueblo alemán lo consideró un “diktat” (una solución obligada) en lugar de un final negociado a la guerra, y vino a ver al gobierno de Weimar que lo aceptó como traidores. La economía alemana sufrió, sobre todo después de que los franceses invadieron el valle del Ruhr, cuando los pagos de reparaciones entraron en mora. En tal atmósfera, la población humillada dio vuelta a aquell