Spanish ACAMS Today (Marzo-Mayo 2013) Vol. 12 No. 2 | Page 52

ALD EN TODO EL MUNDO Brasil: E l Brasil representa uno de los países más dinámicos del mundo en términos de oportunidades de negocios. Es la mayor economía de América Latina y posee recursos naturales sustanciales y un ambiente económico relativamente liberal. Varios grupos de reflexión (think tanks) y ONGs (por ejemplo, Heritage Foundation/Transparency International) señalan, sin embargo, el problema de la corrupción como uno de peso que socava la libertad económica y por consiguiente el éxito de los negocios en el Brasil. La presidenta del Brasil Dilma Roussef, quien ha hecho de la lucha contra la corrupción una prioridad máxima, ha dado pasos significativos para ocuparse de los problemas de corrupción que culminan en prácticas corruptas dentro de los niveles más altos de la sociedad brasileña. Si bien algunos expertos siguen siendo críticos acerca de la amplitud de los cambios que resultan de los esfuerzos de Roussef, los éxitos son notables y un paso crucial en la dirección adecuada. La lucha contra la corrupción del Brasil Desde que la presidenta del Brasil Dilma Roussef fue elegida en enero de 2011, el país ha visto una ofensiva contra la corrupción que culminó en la mayor investigación de corrupción del país hecha a la elite política brasileña, lo que llevó a un juicio ante la Corte Suprema sobre el mensalão (estipendio mensual) — uno de los casos mayores presentados en el Brasil desde el fin de la dictadura militar en 1985.1 Según el artículo publicado por la BBC, la conspiración del mensalão hizo desfalco de fondos públicos para obtener el apoyo político del entonces gobierno de Lula y para pagar deudas de campañas electorales. Según se dijo, el Procurador Roberto Gurgel dijo de la conspiración que era “sin lugar a dudas el caso de corrupción y desfalco más atrevido y escandaloso jamás descubierto en la historia brasileña.” La acusación central fue que políticos y una coalición de partidos recibieron sumas grandes todos los meses para respaldar el gobierno en minoría del Partido de los Trabajadores. José Dirceu y de Oliveira e Silva (Dirceu), expresidente del Brasil, jefe de personal de Luiz Inacio Lula da Silva, fue acusado de ser la eminencia Combatiendo la corrupción y el lavado de dinero –un avance conjunto gris de la conspiración. Los fiscales dicen que el Sr. Dirceu y otros jefes del Partido de los Trabajadores (PT), junto con banqueros y publicistas formaron una “organización criminal” que usó fondos públicos y privados para comprar favores políticos. El juicio por la conspiración que salió a la luz en 2005, terminó el 17 de diciembre de 2012, con 25 de los 35 acusados considerados culpables de delitos incluidos la corrupción, el lavado de dinero y el mal manejo de fondos públicos. Recientemente se dijo que el expresidente del Brasil, Lula, también se enfrenta a dudas sobre tales “nombramientos discrecionales para ocupar cargos públicos” cuando ocupaba su cargo. El 14 de diciembre la Procuraduría General informó que estaba investigando quejas de cohecho e influencias que involucraban a 24 personas, incluida Rosemary de Noronha, una administrativa bancaria próxima a Lula desde antes de que fuera presidente. En 2005, la nombró jefa de una nueva “oficina presidencial” en São Paulo. Según los investigadores, durante este tiempo aceptó sobornos para arreglar permisos fraguados de proyectos de construcción y transporte con cómplices en agencias regulatorias. Los periodistas brasileños tildaron el caso “Rosegate,” remedo de Watergate, utilizando la versión más corta del nombre de Rosemary Nóvoa de Noronha.2 Enmienda de la legislación bras