DESAFÍOS ANTILAVADO
C
omo ex agente especial de Investigación Criminal (CI) del IRS, estuve en el
negocio de la caza de defraudadores,
grandes estafadores y ladrones de cuello blanco.
El deporte no era para los detectives financieramente débiles de corazón. Aquellos dignos
de captura y enjuiciamiento camuflaban bien
senderos de dinero falso con astucia, encanto y
un grueso barniz. Como cazadores dedicados,
estudiamos y tratamos de predecir su comportamiento, buscamos sus cotos de caza y los
acechamos pacientemente antes de que cometieran otro crimen financiero. La satisfacción
personal de que ya no victimizaría a otros era el
preciado trofeo por agarrar a un gran estafador.
Descontando la horrible experiencia de sufrir
robos o asaltos, el robo de los ahorros por alguien
en quien se pensaba que se podía confiar, a menudo
deja una cicatriz emocional muy profunda. En mi
experiencia he visto que estas víctimas se sienten
perseguidas por el resto de sus vidas, y rara vez se
recuperan económica o psicológicamente.
Durante los años de agente especial y más tarde
como líder de alto rango en la organización, me he
puesto más a tono con la actividad de los estafadores. Como sucede con la mayor parte de los que
se encuentran en esta línea de trabajo, se empieza
a desarrollar un sexto sentido. Digo esto para calificar lo que voy a decirle: La gente puede llegar a
hartarse. No puedo evitar quedar influido por los
años de forzar ciertas miradas. Admito que puedo
haber desarrollado un prejuicio de etiquetar individuos como defraudadores. Por lo tanto, sea
usted el juez si mis observaciones se hacen a
través del prisma del escepticismo.
Me han causado alarma varias tendencias
convergentes recientes: En primer lugar, el
avance exponencial de las oportunidades para
que un defraudador encuentre presas y pueda
reproducirse; en segundo lugar, el crecimiento
explosivo en el tamaño y la cantidad de casos
delictivos de fraude; y en tercer lugar, el grupo
de recursos en rápida disminución de los investigadores y fiscales en la tarea de luchar contra
los delitos financieros sofisticados. Nos encontramos en un renacimiento del fraude en el que
nunca ha sido más fácil cometer robos financieros y salirse con la suya.
Abundan las oportunidades
Dejando un cajón de caja registradora sin llave
deja claramente un negocio abierto al delito de
peculado. Con