Desafíos antilavado
E
n las primeras horas de la mañana, en
un tranquilo vecindario, unos fuertes
golpes en la puerta principal despiertan
al propietario de una casa. Cuando éste abre
la puerta, se encuentra con un joven que está
sangrando profusamente en su umbral. Se hace
un llamado al 911 y se envían oficiales de policía.
Una vez llegados al lugar, uno de ellos habla
con la víctima, quien declara sobre un robo que
sufrieron tres hombres que estaban adentro de la
casa de enfrente. La investigación subsiguiente
revela que los dos hombres asaltados habían
sido torturados y asesinados. El joven ensangrentado era el tercero de ellos. Él también había
sido torturado, y murió después de declarar que
se trató de un robo de drogas que salió mal. Se
describe que la escena es horrible.
Esta triste historia ocurrió en el Condado de
Fairfax, Virginia, y lamentablemente ocurren
muchas historias similares en Estados Unidos
y en todo el mundo. Lo que ven las entidades
financieras es el principio de este drama.
Un individuo entra en una entidad financiera o una empresa de servicios monetarios
y gira dinero desde la costa este a la costa
oeste. Ese mismo individuo va a dos o tres
otras empresas y gira la misma cantidad a
la misma cuenta bancaria. Otro individuo en
la costa oeste extraerá los dineros enviados
y, entonces, se enviará un cargamento de
marihuana u otras drogas ilegales a la costa
este por UPS, Fed-Ex, el Servicio Postal de
los EE.UU, Mail Boxes, etc. o cualquier otro
servicio de envío. Si el cargamento no es interceptado por las autoridades, el distribuidor
de droga ya estará haciendo su negocio.
Los individuos que lavan dinero a través de entidades financieras no suelen ser delincuentes
violentos. Sin embargo, esos dineros cargan con
crímenes violentos en su historia. Un juicio que
está teniendo lugar ahora en Texas involucra a
un cartel de drogas mexicano que lavaba ganancias hechas con los caballos. Esto es lo que ve
el público y lo que ven las entidades financieras.
Son los agentes de la ley quienes ven los homicidios sin sentido atribuidos a la venta ilegal de
drogas en todo el mundo.
Un caballero entra en un salón de masajes y
paga cierta cantidad por un masaje, usando su
tarjeta de crédito. Pocos minutos después, la
tarjeta se usa para una segunda transacción. El
importe es mucho más alto que el de la primera.
¿Esto le resulta sospechoso? Para las autoridades, esto se reconoce como posible prostitución. Lo que usted ve como entidad financiera
es la utilización de la tarjeta de crédito para
pagar servicios. Lo que las autoridades ven es
una mujer, adulta o menor, víctima del negocio
de esclavitud sexual. La primera lectura de la
La mayoría de la gente
siempre está feliz con
su vida cuando nada
interrumpa su rutina diaria
tarjeta de crédito es para el supuesto masaje
legítimo. Comúnmente, la segunda lectura es
para servicios sexuales ilegales.
Estos son los tipos de casos que a veces quedan
sin detectar ni denunciar. Son los casos más
grandes los que suelen denunciarse a la Red de
Cumplimiento contra los Delitos Financieros
(FinCEN, por sus siglas en inglés), a través de la
presentación de Informes de Actividades Sospechosas (SAR, por sus siglas en inglés).
Una persona entra en una entidad financiera
para depositar cuatro mil dólares en su cuenta
de ahorro. El cajero recibe el efectivo e inmediatamente detecta un fuerte olor a marihuana que
emana de los billetes. El cajero conoce el olor de
la marihuana por experiencia de vida. El cajero
decide no denunciar la transacción como sospechosa por temor de las repercusiones de tener
que responder preguntas sobre por qué conoce el
olor de la marihuana. Esto ocurre más a menudo
de lo que usted pueda pensar.
Un individuo adquiere una tarjeta de efectivo
prepaga y coloca dinero en ella. Ese individuo
es un tra