Desafíos antilavado
Los investigadores siguen calendarios precisos
y sincronizan sus relojes. Por lo pronto, fue su
pensamiento orientado a los detalles lo que los
llevó a ejercer esa profesión. Por más orientadas
a los resultados que puedan parecer las entidades
financieras en otras cuestiones, su calendario
frecuentemente queda abierto a la interpretación. En su mundo, el lunes empieza en algún
momento de la tarde del viernes. Durante su
semana, el próximo día empieza — por rutina —
en la tarde anterior. Los escaneos, los sellados y
las impresiones que ocurren detrás del mostrador
del banco el viernes por la tarde ya han sido remitidos al lunes. Los documentos, que incluyen su
próximo estado de cuenta, reflejarán esas transacciones como si se hubieran efectivamente
completado el lunes. Las entidades financieras
operan con calendarios que sólo tienen “días
hábiles”, que no reconocen sábados, domingos
o feriados. Ese concepto se profundiza mediante
el efectivo corrimiento del tradicional “cierre del
negocio” de la semana a una hora tan temprana
como las 14.00.
Los investigadores ALD usan “días hábiles” para
las órdenes judiciales u otras cronologías legales
pero suelen no reconocer sus implicancias en el
análisis de una investigación ALD. El día real y la
hora real en que los delincuentes practican sus
acciones infames tiene gran importancia en esos
casos. Para todo análisis hay que poder pensar
fuera del casillero “día hábil”.
Actualmente, no es raro que un negocio opere
los siete días de la semana o que haga depósitos
en forma diaria. Esto puede incluir la noche del
viernes y algunos depósitos del fin de semana.
Cuando el propietario de la empresa va a la
entidad financiera el lunes, puede encontrarse
con que fueron acreditados dos o más depósitos
en su cuenta ese día. Incluso, puede que esos
depósitos de sábado y domingo se estén registrando simultáneamente en otro cajero, mientras
él está en el banco haciendo otra transacción el
lunes por la mañana. En realidad, el depósito del
viernes a la tarde puede aparecer como el último
y no como el primero de la serie de depósitos del
fin de semana. La cuenta de los días avanza pero
el sello fechador, no.
Los departamentos de citación judicial sólo
suelen copiar y reimprimir la documentación
que refleja el día hábil al que la transacción es
atribuida. Ese no es siempre el día y la hora en
que la persona investigada estuvo físicamente
en la entidad financiera. Esa información no
es importante para los propósitos del negocio,
pero puede ser crucial para los propósitos
investigativos. Los investigadores deben reconocer que esa documentación aparentemente
contradictoria, por más orientada a los detalles
que parezca, no fue diseñada con propósitos de
investigación en mente.
Los únicos documentos que, con mediana precisión, reflejan cuándo un cliente estuvo en una
entidad financiera son los registros diarios de
los cajeros. Hoy en día, estos suelen ser mayormente anotaciones electrónicas a las que los
oficiales de citación judicial no pueden acceder
con facilidad. Muchos de esos registros tienen un
formateo único o codificación que puede requerir
ayuda del banco para descifrarlos. “Frustración”
no es un lamento raro entre los investigadores
que tratan de obtenerlos.
También está el problema de manejar los depósitos nocturnos, las bolsas de depósitos comerciales y el surgimiento de la banca electrónica.
Si bien los cajeros conocen y comprenden esto,
muchos investigadores antilavado omiten dar
cuenta de esos elementos cuando analizan
transacciones sospechosas. Lo cierto es que,
llegado el lunes, puede haber mucha actividad
atribuida a ese día pero que no se realizó en
su transcurso. Cualquier investigación antilavado que no tenga en cuenta esa deformación
respecto de los “días hábiles” será inexacta y
engañosa. El problema más serio es que esto
lleva a que más actividad no sospechosa sea
calificada como sospechosa y viceversa.
Una empresa que hace depósitos diariamente
puede encontrarse con que una acumulación de
depósitos en efectivo atribuidas al mismo día
puede ser lo suficientemente grande como para
despertar alertas, y quizás un SAR (Suspicious
Activity Report/Informe de Actividad Sospechosa). Dos o más depósitos hechos en el mismo
día con indicación de que fueron demasiado
próximos entre sí — respecto de las prácticas
habituales de negocios — pueden funcionar
como disparador de una revisión antilavado.
Sin embargo, si uno considera las acciones en
tiempo real y encuentra que, en realidad, esas
transacciones se extendieron a lo largo de todo el
fin de semana, la revisión antilavado puede no ser
necesaria. Incluso, después de que se presenta un
SAR y un investigador recoge y revisa los back
ups, puede ser que los documentos revisados
reflejen múltiples depósitos en un mismo día,
en el que quizás no se hicieron. Es raro poder
acceder a las entradas de los registros diarios con
un pedido de investigación inicial, ya se trate de
back ups de documentos SAR o de una citación
judicial. También debe señalarse que los tickets
de depósito y la impresión de la fecha reflejarán
solamente un mes y un día. Para saber qué día de
la semana era, hay que ir a buscarlo en un calendario. Mucho tiempo y sustanciales esfuerzos de
investigación pueden desperdiciarse antes de que
la “anomalía lunes” pueda ser por fin reconocida.
La excelencia en las investigaciones antilavado
requieren que cuestionemos todo y que aprendamos sobre los muchos elementos distintos de
los mundos financiero y criminal. Los números
y los dólares son muy ambivalentes y sólo determinan su relevancia las personas que están detrás
de ellos. Las transacciones bancarias se vuelven
ilegales cuando se vinculan con ellas ciertos
elementos externos. A pesar de que delitos como
la falsificación, l