Spanish ACAMS Today (Junio-Agosto 2013) Vol. 12 No. 3 | Page 13

Desafíos antilavado Los investigadores siguen calendarios precisos y sincronizan sus relojes. Por lo pronto, fue su pensamiento orientado a los detalles lo que los llevó a ejercer esa profesión. Por más orientadas a los resultados que puedan parecer las entidades financieras en otras cuestiones, su calendario frecuentemente queda abierto a la interpretación. En su mundo, el lunes empieza en algún momento de la tarde del viernes. Durante su semana, el próximo día empieza — por rutina — en la tarde anterior. Los escaneos, los sellados y las impresiones que ocurren detrás del mostrador del banco el viernes por la tarde ya han sido remitidos al lunes. Los documentos, que incluyen su próximo estado de cuenta, reflejarán esas transacciones como si se hubieran efectivamente completado el lunes. Las entidades financieras operan con calendarios que sólo tienen “días hábiles”, que no reconocen sábados, domingos o feriados. Ese concepto se profundiza mediante el efectivo corrimiento del tradicional “cierre del negocio” de la semana a una hora tan temprana como las 14.00. Los investigadores ALD usan “días hábiles” para las órdenes judiciales u otras cronologías legales pero suelen no reconocer sus implicancias en el análisis de una investigación ALD. El día real y la hora real en que los delincuentes practican sus acciones infames tiene gran importancia en esos casos. Para todo análisis hay que poder pensar fuera del casillero “día hábil”. Actualmente, no es raro que un negocio opere los siete días de la semana o que haga depósitos en forma diaria. Esto puede incluir la noche del viernes y algunos depósitos del fin de semana. Cuando el propietario de la empresa va a la entidad financiera el lunes, puede encontrarse con que fueron acreditados dos o más depósitos en su cuenta ese día. Incluso, puede que esos depósitos de sábado y domingo se estén registrando simultáneamente en otro cajero, mientras él está en el banco haciendo otra transacción el lunes por la mañana. En realidad, el depósito del viernes a la tarde puede aparecer como el último y no como el primero de la serie de depósitos del fin de semana. La cuenta de los días avanza pero el sello fechador, no. Los departamentos de citación judicial sólo suelen copiar y reimprimir la documentación que refleja el día hábil al que la transacción es atribuida. Ese no es siempre el día y la hora en que la persona investigada estuvo físicamente en la entidad financiera. Esa información no es importante para los propósitos del negocio, pero puede ser crucial para los propósitos investigativos. Los investigadores deben reconocer que esa documentación aparentemente contradictoria, por más orientada a los detalles que parezca, no fue diseñada con propósitos de investigación en mente. Los únicos documentos que, con mediana precisión, reflejan cuándo un cliente estuvo en una entidad financiera son los registros diarios de los cajeros. Hoy en día, estos suelen ser mayormente anotaciones electrónicas a las que los oficiales de citación judicial no pueden acceder con facilidad. Muchos de esos registros tienen un formateo único o codificación que puede requerir ayuda del banco para descifrarlos. “Frustración” no es un lamento raro entre los investigadores que tratan de obtenerlos. También está el problema de manejar los depósitos nocturnos, las bolsas de depósitos comerciales y el surgimiento de la banca electrónica. Si bien los cajeros conocen y comprenden esto, muchos investigadores antilavado omiten dar cuenta de esos elementos cuando analizan transacciones sospechosas. Lo cierto es que, llegado el lunes, puede haber mucha actividad atribuida a ese día pero que no se realizó en su transcurso. Cualquier investigación antilavado que no tenga en cuenta esa deformación respecto de los “días hábiles” será inexacta y engañosa. El problema más serio es que esto lleva a que más actividad no sospechosa sea calificada como sospechosa y viceversa. Una empresa que hace depósitos diariamente puede encontrarse con que una acumulación de depósitos en efectivo atribuidas al mismo día puede ser lo suficientemente grande como para despertar alertas, y quizás un SAR (Suspicious Activity Report/Informe de Actividad Sospechosa). Dos o más depósitos hechos en el mismo día con indicación de que fueron demasiado próximos entre sí — respecto de las prácticas habituales de negocios — pueden funcionar como disparador de una revisión antilavado. Sin embargo, si uno considera las acciones en tiempo real y encuentra que, en realidad, esas transacciones se extendieron a lo largo de todo el fin de semana, la revisión antilavado puede no ser necesaria. Incluso, después de que se presenta un SAR y un investigador recoge y revisa los back ups, puede ser que los documentos revisados reflejen múltiples depósitos en un mismo día, en el que quizás no se hicieron. Es raro poder acceder a las entradas de los registros diarios con un pedido de investigación inicial, ya se trate de back ups de documentos SAR o de una citación judicial. También debe señalarse que los tickets de depósito y la impresión de la fecha reflejarán solamente un mes y un día. Para saber qué día de la semana era, hay que ir a buscarlo en un calendario. Mucho tiempo y sustanciales esfuerzos de investigación pueden desperdiciarse antes de que la “anomalía lunes” pueda ser por fin reconocida. La excelencia en las investigaciones antilavado requieren que cuestionemos todo y que aprendamos sobre los muchos elementos distintos de los mundos financiero y criminal. Los números y los dólares son muy ambivalentes y sólo determinan su relevancia las personas que están detrás de ellos. Las transacciones bancarias se vuelven ilegales cuando se vinculan con ellas ciertos elementos externos. A pesar de que delitos como la falsificación, l