CUMPLIMENTO
tenencia de certificados de oro era poco usual
después de la orden ejecutiva del Presidente.
Lyle dijo: “Ya no se ven muchos de estos”. Y el
cliente le contesto: “Ah, sí. Sí se ven. Todavía me
quedan cien más en casa”. Lyle sospechó que el
billete era falso y, por si acaso, apuntó el número
de la matrícula del cliente.
Finn recordó que Condon, la persona a quien
Lindbergh encargó entregar el dinero del
rescate, pensó que el secuestrador habló con
acento alemán. Eso era una pista en la dirección correcta pero Finn necesitaba más. Finn
inmediatamente rastreó la solicitud de la matrícula y comparó la letra escrita a mano con
copias de las notas del rescate. La letra era casi
igual que la del inmigrante alemán, un tal Bruno
Richard Hauptmann.
La residencia de Hauptmann fue puesta bajo vigilancia inmediatamente. A la mañana siguiente,
Hauptmann fue arrestado por un equipo de
agentes del orden público, entre los ellos la
policía local, un agente del FBI y, por supuesto,
Finn. El casero de Hauptmann mencionó
que Hauptmann era carpintero, y que le pidió
permiso para construir un garaje separado en su
residencia tres años atrás. El registro del garaje
de Hauptmann fue particularmente revelador ya
que, escondidos en muchos lugares creativos
por toda la estructura habían USD13,760 del
dinero del rescate.
David Wilentz, el Fiscal General de Nueva Jersey,
se hizo responsable por el notorio enjuiciamiento de Hauptmann. Los fiscales tenían varias
cosas a su favor: Hauptmann tenía una coartada
débil para explicar dónde estaba la noche del
secuestro; la letra de Hauptmann era “igual” que
las de las notas del rescate; la madera de la escalera de mano improvisada que se encontró en la
casa de Lindbergh era “la misma” que parte de
la madera que Hauptmann usó para construir su
garaje; El nombre de John Condon y su número
de teléfono estaban escritos en la pared de un
armario de su casa; y por supuesto la policía
descubrió una considerable cantidad del dinero
del rescate en su garaje.
Aunque esto eran ciertamente pruebas fuertes,
Wilentz estaba consciente de la debilidad potencial de este caso. Hauptmann contó una historia
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algo plausible y consistente, y no había ningún
testigo fiable que dijera haberle visto cerca del
lugar del secuestro. Hauptmann dijo que él solo
‘apropió’ del dinero del rescate de su recientemente fallecido socio de negocios. Al igual que
es necesario hoy en día con los crímenes notorios y los caso financieros complejos, también
entonces era necesario que el fiscal siguiera el
recorrido del dinero para demostrar el delito
subyacente. Wilentz solicitó específicamente
que expertos de investigación financiera del IRS
formaran parte del equipo fiscal.
Los agentes especiales del IRS exploraron a
fondo y de buena gana esta tarea. Sin embargo,
para lograr hacer su análisis para el fiscal,
era necesario acelerar la cooperación de los
banqueros. Los agentes tenían conocimiento
del dinero del rescate encontrado en su garaje
y descubrieron una inversión adicional en efectivo de USD5.500, pero ¿qué había pasado con
el resto? Los banqueros produjeron pruebas de
depósitos y transacciones del banco de Hauptmann y sus cuentas de corretaje por un total de
USD29.766. Los registros financieros corroboraron el momento del secuestro con la fecha en
que Hauptmann renunció a su trabajo, así como
el momento en que su esposa renunció al suyo
unos meses después. Los archivos de la investigación del IRS revelaron que Hauptmann gastó
o invirtió USD49.986 más que sus ganancias o
ahorros legítimos en un periodo de 28 meses
desde el pago del rescate.
El caso penal de Hauptmann comenzó el 3 de
enero de 1935, menos de cuatro meses después
de su arresto. Durante el juicio, el agente especial
del IRS a cargo del caso describió las bases de
la investigación que llevó a la captura de Hauptmann, la cual incluyó la lista de números de
serie usados para el dinero del rescate. La corte
escuchó el testimonio de otro agente especial
del IRS quien describió cómo le había seguido
la pista a casi todo el dinero del rescate con su
análisis de depósitos, retiros y transferencias
bancarias. La prueba final demostró inequívocamente que participó en el secuestro Lindb