#SoyUNEVErsitario Revista #SoyUNEVErsitario Número 20 | Page 29
PANTALEÓN Y LAS
VISITADORAS
Autor: Mario Vargas Llosa
Publicada en 1973, el título de esta novela del escritor peruano
Mario Vargas Llosa alude al nombre de su protagonista, el militar
Pantaleón Pantoja, y a su equipo de “visitadoras”, prostitutas al ser-
vicio del ejército. Al principio de la novela, el capitán de intendencia
Pantaleón Pantoja es un joven oficial sin vicio alguno: no fuma, no
bebe y no va con mujeres; su hoja de servicios es impoluta y por
donde ha pasado ha dejado un buen recuerdo. Hace poco que se ha
casado con Pochita, y ambos viven con la señora Leonor, la madre
de Pantaleón.
Los superiores de Pantaleón lo eligen entre ochenta oficiales más
para una importante misión. El asunto para el que se requiere su
servicio es muy delicado; deberá trabajar en el máximo secreto, con
la máxima discreción. En la provincia de Iquitos, en la Amazonia,
los soldados de las guarniciones viven en malas condiciones; a la
dificultad de vivir en plena selva se añade el problema de que no
tienen mujeres, y se dedican a perseguir y a violar a las de los po-
blados de aquella región.
Hasta tal punto es grave el asunto que se han levantado muchas
protestas contra los soldados y el ejército. Los generales están muy
preocupados y han ideado una solución: se creará un servicio de
“visitadoras” para desahogo del ejército. Y quién mejor para orga-
nizarlo y dirigirlo que ese joven discreto, honesto y buen oficial que
es el capitán Pantaleón Pantoja.
A Pantaleón no le agrada demasiado la orden de sus superiores; se
había presentado ante ellos esperando algún honroso destino, y va
a convertirse en una especie de alcahuete del ejército. ¿Qué le dirá
a su esposa? ¿Y a su madre? Sus superiores le ordenan que guarde
el máximo secreto: no puede decir a nadie lo que va a organizar
en Iquitos. Ni siquiera podrá vestir su uniforme de capitán; deberá
llevar ropa civil. Será un comerciante que se instala en Iquitos por
asuntos de negocios. Pantaleón Pantoja es un excelente oficial, y
obedece a sus superiores sin rechistar.
En cuanto se trasladan a la nueva ciudad, Pantaleón pone manos
a la obra. Para sorpresa de su mujer y de su madre, sus hábitos
cambian. El capitán empieza a salir por las noches y vuelve a casa
a altas horas de la madrugada. Y es que Pantaleón Pantoja se toma
su trabajo a conciencia. Ya en el primer informe que envía a sus
superiores, perfecto en su forma y fondo, hace una minuciosa ex-
posición de cómo está el ambiente de la prostitución en la ciudad
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de Iquitos. Deberá reclutar un número determinado de prostitutas,
“visitadoras”, proporcional al número de soldados que necesitarán
sus servicios. El capitán Pantoja realiza unos cálculos aproxima-
tivos, en los que incluye hasta el número de coitos semanales más
conveniente para los soldados.
Un individuo llamado Porfirio Wong lo pone en contacto con los am-
bientes de diversión a los que concurren las prostitutas, y a través
de ese mestizo conoce a Leonor Curinchila, alias Chuchupe, que re-
genta uno de los locales y que le pone al corriente de los servicios
que realizan estas mujeres con todo lujo de detalles, de la duración
más conveniente de tales servicios y de las tarifas que cobran. Poco
a poco el capitán Pantoja se va convirtiendo en un especialista en
la materia. Del mismo modo que siempre ha cumplido con extrema
pulcritud todo lo que se le ha ordenado, también en esta ocasión
dedica todos sus esfuerzos al cumplimiento de la orden recibida.
Fotogramas de Pantaleón y las visitadoras (1999),
basada en la novela de Vargas Llosa
El “Servicio de Visitadoras” empieza a tomar forma. Pantaleón ha
encontrado un local que han limpiado y ordenado y que incluirá una
enfermería con medicamentos. Sin embargo, su incuestionable acto
de servicio se ve empañado por la angustia que al pobre capitán le
produce la íntima seguridad de que Pochita y la señora Leonor van
a enterarse algún día de la verdad. Lo cierto es que dirige una com-
pañía formada por prostitutas uniformadas, y se siente humillado,
avergonzado y dolorido cuando la compañía que ha creado desfila