hacia mí. No me atreví a echar un vistazo a través de
las sábanas. Las pisadas se detuvieron y noté una
respiración pesada a mi lado. Apreté mis ojos con
fuerza.
El santuario cálido de mis sábanas desapareció de un
tirón.
Abracé mis brazos alrededor de mis rodillas y me
preparé para lo peor. Un grito partió el aire nocturno,
seguido por el sonido de vidrio quebrado. Abrí mis
ojos sutilmente y descubrí un cuchillo que yacía en la
alfombra junto a mi cama; la hoja destellaba bajo la luz
de la luna.
Mis padres se apresuraron a mi habitación y me
preguntaron lo que había pasado, pero no sabía qué
decirles, solo que alguien se había estado escondiendo
en mi armario y que había saltado por la ventana.
Mis padres llamaron al 911 y la policía llegó de
inmediato. Arrestaron a un hombre, Gary Thompson,
que estaba corriendo por la calle a unos bloques de
distancia. Estaba cubierto en sangre y vidrio roto.
Encontraron el auto abandonado de Gary en nuestra
propiedad, y dentro de este había cinta adhesiva,
cuchillos, barbitúricos y una cámara de video.
Según me contaron, el abogado de Gary alegó
demencia, y actualmente Gary está encarcelado en
una institución psiquiátrica estatal para criminales.
Nunca volví a saber de Frank el monstruo, pero el
detective que estuvo a cargo del caso nos dijo que
Gary duerme en el suelo de su celda.
Les dice a los doctores que está aterrado del
monstruo bajo su cama.
8 Junio 2020
Tomado de la red. #NochesDeInsomnio
Lcda. Lorena Domínguez Galindo
Servicios Bibliotecarios/UNEVE.