Solus ipse 1 | страница 30

Solus Ipse Esto ya se está poniendo muy raro. ¿O debería aprovechar que se está poniendo muy raro? ¿Raro? Apago la cámara. La noche se ha arruinado. El timbre de mi casa suena. Son los personajes. Les digo que se vayan, que la puesta en escena textual se ha cancelado. ¿Qué! ¡Por qué? Es que me invadí a mí mismo. No podemos hacer esto si hay dos cuerpos míos en la habitación. Se miran entre ellos. Se van sin decir más. Creo que se han fastidiado. Deben creer que estoy muy drogado. Regreso con mi segundo cuerpo. Me siento. -¿De qué hay que hablar? -De nada. Tú ya sabes lo que diré, lo que dirás, lo que dirías, lo que diría. Además, creo que escucho tus pensamientos y tú los míos. Es más que evidente, ¿no? -Sí, pendejo. Es más que evidente. -Bueno, es que quién sabe. Qué tal y no. -Supongo. -Supongo. Esto está muy raro. Debería parar todo y escribir otra cosa. Cierro la computadora. Me pongo de pie. Miro la ventana. Creo que este texto se sigue escribiendo aunque mi laptop está cerrada. Debo comprobarlo. Abro la computadora y se enciende relámpago instantáneo: y sí, en efecto sigo ahí muerto de miedo ante mi segundo cuerpo. Ahí sigo yo hiperlúcido ante lo que aparentemente es un reflejo de mi unidad mental, de mi individualidad. Un reflejo idéntico. Un segundo cuerpo que, en teoría, puedo controlar pero en realidad quizás no. ¿Qué tanto es mi segundo cuerpo? ¿Seré yo de otro plano, simplemente repetido, que ha invadido este plano, este texto? Qué basura. 28