"Solo por hoy" volumén 5 | Page 8

No hay cierta talla, ni tamaño, color ni patrón.

Es cierta mirada en los ojos, la manera en que se porta la persona, la pausa antes de hablar. Es tener la dignidad de escoger vivir libre de la esclavitud de la obsesión y la compulsión. Es una serenidad en la manera de ser, una capacidad de enfrentarse a situaciones que antes nos desconcertaban.

Es una gentileza en los gestos y comportamientos, un compromiso de ser útil a los demás. Es humildad de pensamiento y acción, la capacidad de ser exactamente como nos creó el universo, ni más ni menos. Es una flexibilidad de saludar a la vida en sus términos propios, por inconveniente o sorprendente que sea.

¿Cómo es para mí vivir en recuperación?

Cuando yo por primera vez entré a una reunión de OA, hace quince años, estaba en un peso “normal”, pero era miserable dentro de mi cabeza. Me torturaban los pensamientos de comer, no comer, hacer ejercicio y contar kilometros, gramos de grasa, calorías, pasos, vueltas, centímetros y kilos. Tanta matemática mental me dejaba exhausta. Me sorprendió ver a mucha gente de diversas tallas en las reuniones. Los que se recuperaban tenían “algo”