"Solo por hoy" volumén 5 | Page 13

El regalo de la maternidad en CCA

En menos de un mes daré a luz a mi primer hijo, es varón y se llamará César Emilio. CCA ha sido parte esencial de este sueño y deseo del corazón cumplido. Hace 11 años llegué a Comedores Compulsivos Anónimos con la sola idea de bajar de peso para verme delgada y por lo tanto atractiva a mi vista y la de los demás y así, tener un sentido y una razón para vivir.

Si bien, esa fue la obsesión que hizo quedarme, - mis sueños, mis anhelos, lo que Romina quería con todas sus fuerzas-, eran cosas más profundas y con más significado que sólo estar delgada para ser aceptada. Entre esos deseos estaba el ser madre y formar una familia.

Hoy estoy a menos de un mes de cumplirlo, de vivirlo con toda la intensidad y la plenitud que sólo un grupo de 12 pasos como Comedores Compulsivos puede hacer posible y disfrutarlo a mi máxima capacidad. En el tiempo que tengo militando en mi amado grupo: Esperanza y Recuperación he aprendido a vivir con la menor dependencia hacia la comida posible y concentrarme en lo que realmente soñaba.

Desde que me enteré que estaba embarazada en abril de este año, acudir a mis juntas y hacer unidad en grupo han sido mi pilar emocional; la noticia causó en mi y mi esposo una alegría inmensa y profunda, sin embargo la novedad, los cambios hormonales causaron un distanciamiento (paradójicamente) entre mi esposo y yo, derivado de la presencia de sus padres en casa.

A pesar de esta situación que, nos separó por una semana (yo me fui de la casa donde vivíamos juntos), mi grupo, mis compañeras y mi poder superior estuvieron ahí para darme la fortaleza, no dejarme llevar por la depresión y la conmiseración, y mantenerme en acción para lograr una alimentación sana para mi y para mi hijo, así como mantener un equilibrio emocional que no nos dañara.

Mi madrina, de manera muy generosa, me recibió como a un miembro más de su familia en su casa durante el tiempo que estuve fuera de la que compartía con mi esposo; eso me ayudó aún más a poner de mi parte para no dejar mi abstinencia en este nuevo estado físico que demanda mucho en cuanto a emoción y disciplina en la alimentación se refiere.

La noticia del embarazo también despertó antiguos miedos, subir de peso, “perder la figura” , tener más hambre de la acostumbrada (o ansiedad) así como el miedo a deprimirme, porque mi llegada a CCA me llevó a recibir ayuda siquiátrica y he estado medicada desde hace 8 años, suspender el antidepresivo también fue un miedo a enfrentar y superar con el amor y la terapia grupal de CCA..