Ferrari se apoyó mucho en sus amplios conocimientos en F1, tanto para el diseño, como para los procesos y las etapas de control. El motor se produce en la fundición de la propia fábrica, usando los mismos procesos y maquinaria empleados por el equipo de F1, para entregar los complejos componentes con las características estructurales y dimensionales necesarias.
Una optimizada dinámica de fluidos de la cámara de combustión, una nueva geometría de admisión y un nuevo perfil de levas son sólo algunos de los ajustes que han permitido a los diseñadores conseguir sus objetivos. Otro punto importante fue la revisión de varios componentes del motor: por ejemplo, con nuevos materiales para los pistones y los casquillos de biela. También se ha rediseñado la geometría del cigüeñal, igual que la del sistema de admisión. Esta última rebaja el peso del motor en ocho kilos.
Este motor tan especial tiene igualmente un sonido único, seductor y sin concesiones tanto dentro como fuera del coche, gracias a la posición de los tubos de escape, a la configuración del silenciador y a un conducto de admisión rediseñado.