Para muchos considerado el coche perfecto, para otros la máxima expresión de la ingeniería japonesa desde hace más de 50 años, la historia del Nissan GT-R es evocadora, repleta de grandeza y con unos orígenes que difícilmente podrías imaginar. Concebido como uno de los mejores deportivos de la última década, el Nissan GT-R o Skyline GT-R ha revolucionado la industria y es a menudo considerado el referente con el cual comparar cualquier otra máquina con cuatro ruedas. Conozcamos los detalles de su historia en este especial.
El Nissan GT-R, o Skyline GT-R, es un deportivo japonés que ha marcado un antes y un después tanto en el sector del automóvil de alto rendimiento como en la industria japonesa. Sus orígenes no son como cabría esperar de un deportivo de su índole, pero todos los grandes éxitos han surgido de una idea tal vez opuesta o quizás equivocada. El concepto de un vehículo de altas prestaciones ha requerido de años de evolución, de trabajo y desarrollo que dejan como resultado uno de los mejores deportivos modernos.
En un principio no era ni siquiera un Nissan como tal, ni tampoco se asemejaba ni remotamente a lo que se conoce ahora como Godzilla. Los entusiastas del mercado local japonés (JDM) a menudo consideran que el GT-R es el coche de alto rendimiento más grande que ha llegado a salir alguna vez de Japón. Originariamente se le denominaba Nissan A200GT y Prince A200GT, dos modelos idénticos vendidos como dos coches diferentes.